-Lo admito... -dijo ruborizándose.
Me reí suavemente y ella se durmió casi instanteneamente. Yo también bostecé, pero no estaba tan cansado como para dormir. La observaría durante el viaje y velaría por su sueño. A veces, al verla dormir, me preguntaba sino sería ella algo más. Tanta belleza era inhumana, más digna de un ángel que de una mujer común y corriente. Besé su frente y acaricié su mejilla. Ella suspiró entre sueños y me apretó un poco más entre sus brazos.
-Que suertuda es ella -dijo la voz de Sharon en un susurro apenas.
-El suertudo es él -dijo Rachel codeándole las costillas.
Me reí.
-Me refería a que es suertuda, no por tenerlo a él, sino por ser tan bella. ¿Su madre también es tan bonita? -preguntó intrigada.
-Es muy linda, pero ella se parece más a su padre, según tengo entendido -respondí, volviendo a mirarla. Sus ojos cerrados le hacían verse más como una niña que como una mujer, aunque su cuerpo desengañaba la vista.
-¿No tubiste mucha competencia cuando apenas la conociste? -preguntó Sharon.
-Demasiada -respondió Natalie, entornando los ojos y después mirando a Sharon, saliendo del transe en el que la tenía su libro-. Toda la escuela estaba detrás de ella.
Sharon me miró con duda y asentí.
-Era la más popular en la escuela y fuera de la escuela. A pesar de eso nunca ha tenido una actitud diferente, muy por el contrario, no se creía bonita -dije, encogiendo los hombros y remontandome a los recuerdos de nuestras primeras citas, en las que casi la obligaba a salir conmigo por medio de chantajes.
Sharon se echó a reír.
-¿O sea que no estaba consciente de lo hermosa que es?
Negué con la cabeza.
-Irónico ¿verdad? -dije.
-Yo sé la razón de por qué no lo creía -dijo Rachel, mirando a Alice con una sonrisa maternal.
-Porque los muchachos "no le hacían caso" -dije.
-O eso pensábamos -dijo Rachel-. Siempre ha sido igual de bonita, solo que en secundaria los chicos se intimidaban demasiado como para hablarle o pedirle una cita. Fingían ignorarla o simplemente la molestaban como niños pequeños. Una vez incluso rechazó la cita del chico más popular de la escuela porque pensó que podía ser una broma pesada, así que terminó llendo al baile con mi hermano.
-Ese estúpido -refunfuñé en voz muy baja. Sharon pareció darse cuenta.
-¿Hubo algo con su hermano? -preguntó señalando a Rachel.
Suspiré.
-Prefiero no hablar de eso...
-Como quieras -dijo con una sonrisa, luego se giró hacia Rachel-. ¿Tú me puedes decir?
Rachel se echó a reír y asintió. Rechiné los dientes un poco, pero ignoré el gesto de Sharon y me concentré en el rostro de mi ángel dormido mientras escuchaba a Rachel contarle a Sharon la corta historia de romance entre su hermano y mi novia.
-Mi hermano siempre había estado enamorado de Alice, desde que estábamos en primaria, pero como todos los chicos, no se atrevía a acercarse a ella más que por medio de mí. Se aprovechaba de que desde que nos conocimos, nos volvimos mejores amigas. Ella se llevaba muy bien con él, sin embargo nunca le gustó.
>Cuando al fin alguien se atrevió a declararle su amor a Alice -me señaló y Sharon me miró sorprendida. Sonreí con orgullo-, ella al principio lo rechazó pero después se volvieron novios y cuando mi hermano se enteró se dio cuenta de que era ahora o nunca, así que le dijo y luchó por ella hasta que este tonto en un arranque de celos la mandó directo a sus brazos. Como puedes ver, Alice volvió con Martin porque se dio cuenta de que no podía vivir sin él. Simplemente son el uno para el otro... ¿Sabías que ambos nacieron el cinco de septiembre?
-A eso se le llama destino -dijo Sharon, observando a Alice pensativa.
-¿Y ese ha sido el único novio que ha tenido aparte de ti?
Me encogí de hombros.
-Como tú dijiste, supongo que estábamos predestinados -le respondí, después sonreí-. Será divertido estar juntos en Las Vegas.
Lo siento amor, pero ahora que son vacaciones no te voy a dejar dormir... pensé con picardía, besando sus labios inertes mientras dormía...
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Alice durmió durante todo el viaje y mientras yo sólo escuché la conversación de los chicos haciendo planes para nuestra estancia de tres días. Yo no dije nada, ya que mis planes serían los de ella. Me gustaba más mi vida desde que estábamos en la universidad, ya que ahora no pasábamos las noches separados, cada uno en casa de nuestros respectivos padres.
Cuando el avión aterrizó no quería despertarla. Sharon me miró levantando una ceja al ver mi cara de duda y, al comprender, entornó los ojos.
-¿Piensas cargarla? -preguntó.
-Es que no ha dormido bien últimamente por mi culpa -dije avergonzado pero con tono duro para no dejar ver ningún doble sentido.
-Dejen de perder el tiempo -dijo Irving, entonces se abrió paso y le tocó el hombro. Suspiré, pero supuse que era una locura querer cargarla hasta el taxi.
Alice abrió los ojos sorprendida y se estiró. Sentí frío cuando se separó de mí, ya que mi piel se había acostumbrado al calor de su cuerpo durante todo el viaje.
-¿Ya llegamos? -preguntó con un bostezo.
-Sí -le respondí.
-¿Qué hora es? -preguntó confundida una vez que estuvimos fuera del aeropuerto, buscando un par de taxis.
-Las once de la mañana -le respondió Rachel-. En el avión no te quedaste dormida, practicamente te moriste ¿a caso no duermes bien?
Vi como se ruborizaba y me miraba con complicidad.
-Duermo perfectamente, pero tú sabes que en vacaciones siempre me da sueño durante el día -replicó, mintiendo con perfección. Como mentirosa de verdad que siempre había sido una artista, pero a Rachel no la podía engañar, ya que la conocía como la palma de su mano, incluso mejor de lo que la conocía yo.
-Claro, claro -dijo Rache, mirándola con ojos entrecerrados. Alice le lanzó una mirada acecina y Rachel le guiñó un ojo. Me eché a reír mientras veía como Rachel, en señas, le pedía detalles. Alice, creyendo que no la miraba sonrió de forma soñadora y asintió con energía. Miré hacia otro lado, ocultando mi sonrisa y sintiéndome con el ego por las nubes.
Alice, Rachel, Sharon y Natalie se subieron a un taxi, mientras que Carlos, Irving, Vince, Terry y yo, nos fuimos en el que las seguía.
Cuando subimos al taxi hubo silencio, en el cual sentí como si hubiera un complot contra mí. Los miré con sospecha y me dedicaron una sonrisa pícara, después Carlos, que iba sentado junto a mí, me codeó las costillas.
-Sabemos lo que hiciste anoche -me acusó.
-¿Nos lo dirás por la buenas o por las mala? -ofreció Vince.
No pude evitar la sonrisa que se escapó de mi boca, que me delataba por completo.
Los chicos empezaron a reírse y a hacer un alboroto.
-¿Es tan inocente como parece o es totalmente caliente? -preguntó Terry, con expectación.
Me sentí irritado, ya que no me gustaba hablar así de ella.
-No diré nada el lo absoluto -sentencié.
-¡Oh! -gritaron con decepción.
-Seguro ella le viene contando los "detalles sucios" a las chicas en el taxi. Vamos, hermano -rogó Irving.
-El señor tiene razón, las mujeres siempre hablan de eso. Lo sé porque a veces hablan en el taxi mientras condusco. Las damas lo cuentan todo -dijo el taxista, dándole la razón a Irving.
-¿Lo ves? -dijo Carlos.
-No me importa -dije encogiendo los hombros. De cualquier modo sabía que le iba a contar a Rachel, pero yo era un caballero, sobre todo con ella, que era lo que más amaba, más que a mi propia vida.
-Agua fiestas -se quejó Terry.
-Me lo dirás a mí ¿verdad? -pidió Carlos en voz baja, sin que los chicos se dieran cuenta. Lo pensé un momento. Carlos era mi mejor amigo, lo había demostrado millones de veces, pero Alice era mi ángel.
Negué con la cabeza y el suspiró, pero se echó a reír.
-De cualquier modo puedo imaginarlo. Debe ser súper caliente -comentó, esta vez para que todos escucharan.
Empezaron a hablar de cómo podía ser ella en la cama. Rechiné los dientes pero soporté, ya que, de cualquier manera, sólo podían divagar, como yo cuando ella era inalcanzable hasta para mí...
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Continuará...