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jueves, 30 de junio de 2016

Sesión de fotos

Hoy me inspira a escribir que la chica torpe ya publicó.

La razón por la que no he subido nada a mi blog, creo, es que ya me cansé de hablar de mi vida porque me estoy aburriendo como nunca. Lo más interesante y bonito que pasó en la semana fue hablar con mi novio por Skype ayer y antier. Y el martes salí a platicar un rato con un ex, que mi perra recuerda y mi abuela también. Este ex ya egresó de la universidad y, sin saber si quiera, con eso me hace sentir un poco fracasada. Sin embargo está bien.... igual si fuera a un ritmo normal y si hubiera ingresado en agosto en lugar de enero aún me faltaría un año... mierda, hacer la matemática me dolió en el ego. Pero bah, no importa. Si el curso de mi vida hubiera sido distinto hoy no conocería a la gente que conozco, ni habría vivido todo lo que viví.

Durante estas vacaciones me quería dedicar a hacer ejercicio, dibujar y escribir, que platónico y bonito todo ¿no? Pero lo que realmente ha pasado es que he estado en una montaña rusa emocional, me enfermé horriblemente de la garganta (una infección) y me dio conjuntivitis. Y bueno, se puede rescatar que he visto a mis amigos y esos días han sido estupendos, a pesar de todo lo malo.

El próximo martes, por cierto, me harán una sesión de fotos. El ex con el que salí el martes, pero ya lo voy a dejar de llamar ex porque ya no lo siento exoso, es más bien mi amigo y ya, así que ahora sólo le diremos "David" o "Deivid". Lo menciono porque yo le pedí la sesión, es que he visto que toma fotos bonitas a su novia y yo quería salir bonita en fotos así también... y pues ya en eso, me preguntó que qué quería que se viera en mis fotos. Y entonces me di cuenta de que no tengo tema como tal, le dije un par de cosas pero no sé. Y no tengo maquillaje, sólo un rimel, un labial y una base. Literalmente sólo 3 cosas. Y tampoco tengo ropa bonita porque toda la dejé en la ciudad. Así que tampoco sé exactamente qué ponerme.Y luego me puse a pensar en mí misma como tratando de posar y me dio pena ajena pero sin ser ajena porque es propia. Y pues no sé qué hacer, y o sea, sí quiero tomarme las fotos, pero al mismo tiempo no porque siento que lo voy a arruinar. Y no sé.

Me dijo que le mandara imágenes que me inspiraran de como me gustaría que quedaran las fotos, pero no he visto nada que neta diga yo "no mames, así". Y pues esta noche me voy a dedicar a buscar cosillas de ese estilo para mandarle.

Me gustaría ser más bonita o estar más flaca para que no me resultara difícil pensar en mí como una mujer atractiva. Que frustrante :(

Ese autoestima...

lunes, 20 de junio de 2016

Numb

No reaccioné con la noticia. Después de escucharla dejé de escuchar todo lo demás, mis ojos miraban sin mirar lo que había en frente de mí. Me alejé del doctor, no me enteré si ya había acabado de hablar, pero lo importante ya había sido dicho.

Salí del hospital y caminé por la acera. Era de noche y una brisa helada soplaba por las calles. Quise encender un cigarro y cuando traté de meter mi mano en el bolsillo de mi chaqueta para alcanzar la cajetilla, me di cuenta de que la había olvidado en la sala de espera.

No volví por ella, me resigné a comprar una cajetilla nueva en la tienda que se encontraba en la esquina de la calle que recorría. Por suerte, la cartera siempre la llevaba en el bolsillo de los pantalones, al igual que el celular.

El ambiente de la tienda era por completo distinto al de la calle, iluminado, olía a limpiador de piso y baladas románticas sonaban a un volumen bajo por los altavoces, además estaba cálido.

Me aproximé al mostrador y sin mirar a la cajera le pedí unos Marlboro rojos y un encendedor. Ella probablemente se asustó al verme, porque llevaba ensangrentadas las mangas de la camisa. Le di un billete sin mirar la denominación, tomé la mercancía y salí. Escuché a la mujer decirme algo acerca del cambio, pero la ignoré.

Ya en la calle de nuevo, tomé un cigarro y lo encendí. Me encontré con un parque en mi camino y me senté en un columpio a fumar, mientras miraba el suelo. La nieve se había endurecido y estaba resbaloso.

No podía pensar en lo que acababa de ocurrir. Ni siquiera podía intentarlo. Y por alguna razón la canción de los Beach Boys seguía sonando sin parar en mi cabeza, como si mi cerebro fuera incapaz de aceptar la realidad, de procesarla.

Me quedé sentado hasta que las primeras luces de la mañana colorearon el parque. No podía sentir las puntas de mis dedos y la cajetilla ahora estaba vacía, igual que mi alma.

domingo, 19 de junio de 2016

Viaje al pasado

Platicar con un niño es un viaje al pasado. Hoy analizo las diferencias entre lo que me hubiera gustado que fuese y lo que realmente fue mi niñez.

No me atrevo a hablar sobre lo que me hubiera gustado cambiar, porque de todas maneras no se puede.

Aprecio la soledad que tuve en mi infancia, porque me enseñó a ser auténtica. Aprecio el no haberme enterado jamás de los problemas que tenía la familia por ese entonces, y también estoy feliz de vivir tan lejos de mi ciudad natal para seguir siendo ajena a ellos la mayor parte del tiempo. Aprecio las cosas buenas que los adultos dijeron de mí, porque me ayudaron a soñar en grande y aún conservo dentro parte de esa ilusión. Aprecio haber comido mucho y todo lo que me gustaba. Aprecio haber tenido mascotas. Aprecio que mi padre siempre haya jugado pesado conmigo. Aprecio haber tenido a mis primos cerca, y a mis tías. Aprecio los deportes en los que estuve inscrita.

No puedo recordar todo lo bueno, pero hablo de esto porque me frustra realmente que ahora casi todo lo que veo dentro de mi casa es malo. Y sé que hay cosas buenas y que el disfrutarlas y enfocarme en ellas depende de mi actitud, pero me cuesta tanto trabajo tener esa actitud.

Ni siquiera sé bien cómo ser amable con mi mamá. Sólo me conformaría con llevarla en paz con ella y que no se entrometiera demasiado en mi vida. Honestamente no quiero lastimarla, pero no sé cómo decirle que la quiero pero no quiero que se entere de lo que no tiene por qué saber, ni si quiera sé explicarle por qué no tiene que saber esas cosas. Es decir, ¿a caso mi abuela le hizo tantas preguntas? Ni siquiera tengo que preguntar, sé la respuesta: no. ¿Entonces por qué ahora ella se empeña en meterse como un puto supositorio en la parte de mi vida que no le corresponde?

Me muero por volver a México, en donde al menos tenemos la excusa para ser lejanas. Y ¿por qué quiero una relación lejana con mi madre? Las veces en que le he permitido la entrada a mi vida han salido mal. Siempre se vuelve sobreprotectora o metiche. No conoce los límites, siempre quiere más. Siempre quiere controlarme, de alguna manera.

Cuando estoy aquí se da cuenta con más peso de la distancia que existe entre las dos, casi no hablamos, pero es que para mí eso no es una necesidad, no termino de entender bien por qué para ella sí lo es. Sé que las personas tienen que relacionarse y todo, pero hay gente con la que te relacionas y gente con la que no, de forma cotidiana. No entiendo ese pensamiento en el que por es simple hecho de que las personas sean tu familia debes forzar esa convivencia que no se daría de forma natural y pura si no lo fueran. Nos toleramos, sí. Nos queremos, en cierta medida (no me creo capaz de dejar de amar a mi familia, con todo y sus defectos). Pero no puedo ni quiero compartir todo mi tiempo con ellos. No me nace, y menos si después de sincerarme se me va a atacar, de cualquier manera, por ello.

Esa es mi frustración de hoy y de casi todos los días cuando me encuentro en Veracruz. Además de otras cosas sobre las que aún no me decido si escribir o no.

Estoy triste. Ni siquiera entiendo bien por qué.

sábado, 18 de junio de 2016

Sam y David, el chef

El tiempo pasa demasiado lento cuando estoy lejos de ti, no sabes lo cagante que resulta eso. Cuando estoy contigo quiero que pase lo más lentamente posible (menos cuando tengo sueño y no puedo dormir) y lejos de ti quisiera que pasara rápido para volver a verte pronto. Es eterno el tiempo que llevamos lejos.

Al menos la sensación de tenerte aquí adentro no se va, yo creo que ya eres parte de mí de manera permanente.

Ayer platiqué con Mario (de mis mejores amigos), con otro amigo llamado David (no mi ex David, otro amigo que conocí en CDMX en una tienda de sushi, tienda que por cierto ya cerró y ahora está desempleado, razón por la que vino a vacacionar a Veracru') y con otra amiga que conocí en la misma tienda llamada Samantha, que David se trajo consigo.

En fin, el caso es que David y Samantha tienen ondas, pero David está bien pendejo porque es infiel y mentiroso y no tiene corazón... O sea, sí tiene, pero es raro.

Platicar con Mario y Samantha es platicar con gente que todavía cree en el amor, o que más bien nunca ha dejado de creer. Es como platicar con la parte romántica de Alejandra pero en pesimista. Ellos han tenido muy malas experiencias.

No me gusta pensar en mí como una mala persona, pero estoy muy segura de que mis exes no me tienen en buen concepto, el otro día hablando con el David que sí es mi ex, me describió como "perra" y "creativa" y dijo que esa era un mala combinación porque soy creativa para ser perra.

Me dio risa y no lo contradije, pero la verdad no pienso así. Cada vez que he sido una perra nunca lo he sido pensando en las formas en que puedo serlo. No me gusta hacerle daño a la gente. Aunque quizá cuando anduve con él sí fui muy perra :c

El punto es que creo que a todos mis exes los he lastimado, a la mayoría sin querer, pero los he lastimado, es decir, las malas experiencias se las han llevado ellos por como he sido yo, y a mí siempre me han tocado hombres buenos... relativamente hablando, claro. El segundo no era tan bueno, pero al menos la que se pasó de pendeja fui yo con él y no al revés aunque ese sí se lo ganó a pulso.

Y bueno, no es que sea ley de vida, pero en mi experiencia, en la relaciones sale más lastimado el que no es el perro. Mario y Samantha al parecer nunca han sido los perros en sus relaciones. Quizá lo han intentado, pero no les sale. Es que no es algo que puedas llegar a ser por medio de intentar, es algo más bien que te sale aunque intentes no serlo.

David, el chef, es perro naturalmente. Hablamos con él y al menos a mí me dijo que nunca se ha enamorado. Y cuando le conté lo que yo sentía por mi novio bonito y demás, me dijo que no creía en nada de eso. Yo soy de la idea de que no se es pleno en la vida si no se ha amado aunque sea una sola vez.

No creo que las cosas funcionen entre él y Samantha, aunque me contó que tiene muchas ganas de que funcionen. Como gente honesta que soy, le dije que si yo estuviera en el lugar de Samantha, lo mandaría directito a la chingada. Y cuando Samantha me contó desde su punto de vista, le dije lo mismo. No aconsejé a nadie porque no quiero sentirme la responsable de que su amistad o lo que sea que tengan se acabe, adempas yo a los dos los aprecio y no quiero tomar sides.

Hablando de cosas más alegres, Mario, Paco y Daniela leyeron las entradas recientes de mi blog. Mario y Daniela se transportaron a cuando estaban enamoradísimos de alguien y eso me hizo sentir muy bien. Mis escritos sí transmiten lo que siento ♡. Y Paco me preguntó que por qué estaba volviendo a escribir, y le expliqué a grandes rasgos la razón: Emiliano.

Creo que es todo, síp. Me voy por ahora.

Como que me está gustando escribir de la vida de los demás.

jueves, 16 de junio de 2016

Otra vez dos en un día

Bueno, no tengo tema específico, sólo feels. Adivinaron, Emiliano otra vez, pero no comenzaré por ahí ni sé si llegaré en este post.

Hoy me visitó una amiga a la que tenía dos años sin ver, me actualizó dos que tres en su vida, que por cierto es un desastre, más o menos como la mía hace algunos meses. En el plano emocional, aclaro.

Mi amiga, a la cual vamos a llamar Pato, tiene un novio al cual se empeña en amar. Y digo se empeña porque es obvio por lo que me cuenta que no lo ama, quizá le tiene cariño y demás, pero ¿amor? No lo creo.

Su novio, al cual llamaremos Pepe, es de lo mejor, tengo entendido. Ella me lo describe como el hombre más cariñoso, servicial, detallista... ¡llévelo, llévelo! El caso es que no la veo enamorada. Quizá se pregunten ¿cómo sabes eso, gowiz? ¡Ja! Pues que le habló su ex, y ¿qué creen? Le mueve el tapete todavía. Y bueno, pasa y resulta que en su momento yo me encontré en una situación parecida.

Yo hace no tanto que terminé con mi exnovio, Ricardo y sí, ya ando con un chico llamado Emiliano al cual considero el amor de mi vida (soy como Taylor Swift, pero no me juzguen), ustedes shhh. El caso es que cuando andaba con Ricardo tuve una charla con otro exnovio que se salió de la norma, porque ese otro exnovio estaba medio pedo y yo me aproveché de eso para sacar información que ya no debería haberme interesado pero pues sí me interesaba. Con este otro exnovio, que se llama David, charlaba de vez en cuando (a veces seguimos charlando) de cosas triviales: cómo le iba en la escuela, en sus proyectos, de mi universidad, de su novia o de mi novio, etcétera. Pero esa vez, aprovechándome de su borrachera saqué otro tipo de información que ya no importa ni tiene caso compartir aquí. La diferencia es que fue por una época en la que yo con Ricardo no me encontraba tan bien y tan satisfecha y solía comparar un poco esos feels del pasado con los del presente (de ese presente). Después superé ese pedo, aunque igual esa relación no era tan fuerte como yo solita me empeñé en hacerme creer puesto que cuando llegó la persona correcta, se desmoronó todo.

El caso es que Pato está pasando por ese mismísimo pedo con Pepe, la diferencia es que ella con Pepe está súper bien. Se parece más a lo que me pasó a mí con Emiliano, porque con Ricardo estaba todo chévere hasta que me acepté que Emiliano neta me gustaba un chingo. A Pato lo que la detiene es el miedo de perder a alguien que dicen todos (según ella) que vale un chingo la pena, por algo del pasado que no funcionó.

Otro pedo es que Pepe no es compatible del todo con Pato. Eso también lo viví y de la misma manera, les explicaré qué pedo en su momento con Ricardo y conmigo para que puedan entender a Pato y Pepe. Yo soy un desmadre de persona, me gusta tomar, de vez en cuando fumar mota, probar cosas nuevas, no soy junkie ni nada, pero no le saco a las nuevas experiencias ni a ser un poco fiestera. El detalle es que Ricardo no era tan así, y mucha gente quizá puede decir "no hay pedo mientras se quieran", pero sí lo hay. Cuando una persona no comparte la parte aventurera de ti está cabrón poder compartir experiencias que a los dos los llenen y les dejen huella. Con Emiliano llevo poco más de un mes de relación y he vivido lo que en 10 meses no viví con Ricardo, he sentido que no me he quedado nada adentro, he compartido con él mi pasado sin ser juzgada y mi interior siendo apreciada. Emiliano me hace sentir como si mi forma de ser estuviera bien y Ricardo me hacía sentir como que tenía un chingo de faltas y cosas que debía cambiar. Básicamente eso es lo que le pasa a Pato con Pepe, el pedo es que eso también le pasaba con su ex (Pucho), pero de Pucho al menos sí se enamoró bien cabrón. Me confesó que nunca ha sentido lo mismo por nadie después de él.

Y bueno, yo soy un desmadre, pero le aconsejé mejor dejar a Pepe porque no está padre sentirte a medias con una persona, no es justo ni para Pato ni para Pepe. Además ella muere de ganas de hablar con Pucho. Él parece querer volver con ella, y ella racionalmente no quiere eso porque sabe que es volver al mismo desmadre (yo no concuerdo con esa idea, pero esa es su decisión), yo lo único que digo es que si tantas ganas le tiene a Pucho pues que se de el puto chance, tiene 20 años y no parece lógico que una persona de esa edad esté tan reprimida e insatisfecha sólo por agradecerle a alguien el ser el novio perfecto, en especial si ese novio perfecto no es perfecto para ti.

¿Neta, Pato? ¿Neta te vas a quedar así?

Emiliano

Bueno... hoy vengo a escribir nuevamente de Emiliano.

Emiliano, Emiliano... ¿Por qué todo lo que llena mi mente últimamente siempre eres tú? Me encanta pensar en ti, me llena de felicidad pensarte. Es increíble e interesante darme cuenta de que a tu lado llevo algo así como medio año, sólo de amigos, y poco más de un mes de ser novios.

Siento que he vivido demasiadas experiencias contigo, hasta ahora no muchas malas, aunque sé que son inevitables. Hoy hablé contigo por teléfono, fue aproximadamente una hora lo que pasamos ahí, hablando de bobadas mayormente.

Te extraño, pero es difícil describir la manera en que te extraño.

Al ver películas o tomar una foto de mi perrita o platicar con mi madre o comer o ir a dormir, de alguna manera siempre te cuelas por una rendija a mis pensamientos. Es difícil explicarte como te extraño, porque más bien siento mucha tranquilidad cuando pienso en ti. Es como si tuviera la completa certeza de que vives lo mismo que yo y que piensas de la misma forma en mí, y aunque es quizá algo egocéntrico de mi parte estar tan segura de esto, no me voy a retractar. Lo que me provoca ansiedad, más bien, es el no poder tocarte, no poder besarte, no abrazarte y no hacer el amor. Tu olor, tu saliva, tu piel.

Irónicamente, todo esto me provocaba más ansiedad antes, desde ese día o esa noche me di cuenta de tu amor. Y creo que eso se debe a que noté mi propio amor, hacia mí y hacia ti. Me di cuenta de lo que veías en mí como persona y de lo afortunados que somos en tenernos el uno al otro.

Tengo miedo de estar haciendo bolas este escrito, pero trataré de tomarlo con calma. Emiliano, no creo poder explicarte la forma en que te has metido en mi propia existencia, la forma en que has hecho mi mundo girar como a ti te place sin siquiera darte cuenta. Tienes por completo el poder de destruirme, y eso no me da miedo, al contrario. Estoy tan feliz de saber lo que es entregar el corazón, que no puedo sentirme asustada.

Muchas personas podrán llamarme tonta, quizá una yo del pasado leyendo estas palabras, juzgaría fuertemente a la escritora. Pero hoy no puedo estar más feliz de ser tuya y que seas mío. Sueno probablemente como una chica estúpida, pero me vale. Ahorita no estoy haciendo muecas al escribir esto, quizá en parte porque no lo estoy pensando demasiado, sólo sale y ya.

Trato de encontrar las palabras para explicar cómo me haces sentir, tan completa, tan libre. Me haces sentir viva, que pertenezco, que hay un propósito en existir y que no tengo que buscarlo porque el propósito me encontró a mí. Estoy locamente enamorada de ti, y no sé nada más y me niego a saber algo más. Jamás fui tan temeraria antes al "entregar mi corazón" y creo que es porque nunca antes lo había entregado de verdad.

Emiliano, hoy te confieso, mi corazón es todo tuyo. Mi cuerpo es todo tuyo, mi alma, si es que la hay, es tuya también. Y de existir eternidad, renunciaría a cualquier placer de esta vida, porque todos palidecen cuando los comparo con tu compañía. Amor, soy tuya mientras me quieras a tu lado. Y soy egoísta al pedirlo, pero me importa poco: quiéreme siempre.

domingo, 5 de junio de 2016

Celos y Arte

Sé que este post probablemente me haga ver parcialmente como una loca, pero me vale, igual nadie lee esta cosa (más que Emiliano) y él seguramente ya piensa que estoy loca (¿o no?).

Este post habla sobre mis inseguridades y mis pedos mentales, aunque obviamente no los abordaré todos porque si no sería más libro que post. No sé cómo empezar a hablar sobre el tema de mis celos, me da miedo que la gente me vea en toda la extensión de mi enfermizo ser. Sé que quizá estoy exagerando, la verdad no tengo idea de cuan psico soy porque casi siempre me abstengo de hablar del tema por esa misma razón. A lo mejor algunas personas son iguales que yo, pero no hablo de esto por miedo a que me vean como una loca.

Voy a comenzar por el hecho de que me pongo celosa de todo. Con mi primer novio casi no fui celosa, casi. Sólo que me molestaba pensar en el hecho de que hubiera gente a la que quisiera más que a mí. Verga, escribir eso se siente hasta mal. Pero bueno, de eso ya tiene 5 años y sí cambié. Además, cuando empecé a pensar en ser la única persona en la vida de alguien me dio más miedo que satisfacción.

Lo más culero en mi actualidad, supongo, es que no puedo dejar de pensar que me pueden quitar a mi tesorito (mi media naranja, la salsa de mis papas, la uña de mi mugre, etcétera). Sé que eso dice más de mí que de mi tesorito, es un problema con el que estoy trabajando. En pasadas relaciones solía enojarme con mis novios por no darme la seguridad que ahora sé debe nacer de mí. Creo que hoy en día me esfuerzo el triple porque no quiero volver a cometer los errores del pasado. De las cosas que más trabajo me cuestan es depositar mi confianza en la gente, no sé por qué. Creo que sí han traicionado mi confianza en el pasado, pero no puedo recordarlo con exactitud. No sé si el olvidar las cosas malas es un defecto o una virtud, pero trato de verlo como algo positivo porque me evita tener resentimientos hacia la gente.

Creo que, a pesar de que sí la cago en ocasiones, estoy logrando cambiar poco a poco. Y de todos modos, la violencia siempre nos queda como último recurso para sacar nuestras frustraciones, aunque nunca he llegado al extremo de madrearme a nadie.

Increíblemente (increíble para mí), me he vuelto muy autocontrolada con el paso de los años. Sé que a nadie le sorprende eso porque es natural en los seres humanos poder controlar más sus impulsos conforme se van haciendo seniles. Pero, wow, a veces me sorprende lo bien que puedo ocultar mis emociones de ciertas personas, aunque claro, siempre habrá quien vea a través de mí.

Cambiando de tema (porque ya no quiero hablar de este pedo), fui al Museo de Arte Contemporáneo (MUAC) de la UNAM, y estuvo entretenido. Siempre soy bien pinche escéptica con el arte actual porque he visto tantas imágenes y artículos en internet que me parecen ridículos, que ya me cuesta tomármelo en serio. Y sí hubo una parte en especial en la exposición de Anish Kapoor que parecía un montón de mierda de color grisáceo. No soy crítica de arte, de hecho creo que no podría saber menos del tema, pero eso estuvo feo. Hubo cosas que hubiera visto con peores ojos si no hubiera sido porque mi novio estaba allí dándome sus puntos de vista y, probablemente sin saberlo, alivianando mis opiniones.

La parte que más me gustó la hizo una artista mexicana (o eso creo) que hablaba del feminismo, y estuvo bien vergas. No les contaré qué pedo con exactitud porque no sé bien qué decir, pero recomiendo ir.

Y quedamos de ir drogados, si se puede el próximo viernes. La verdad espero que se pueda, parece que será una experiencia que valdrá la pena.

Me voy porque muero de hambre.

miércoles, 1 de junio de 2016

Dos veces en el mismo día.

Bueno, pues no es común que esto ocurra y aún menos a estas alturas de la vida, pero así está ocurriendo.

Vengo a escribir que estoy enamorada. Esto es extraño incluso para mí, no me sale de forma fluida escribir sobre mis sentimientos. Cuando intento hacerlo (y lo logro) siempre pongo caras raras en el proceso, como desaprobándome a mí misma por todas las cosas que estoy escribiendo. Esta ocasión no es la excepción. Supongo que me pasa porque me imagino la cara de las personas que lo leerán, o qué pensaría yo si leyera esto (obviamente escrito por otra persona).

Ando con un muchacho de 18 años. No es la primera vez que ando con alguien menor que yo, pero sí es la primera vez que le llevo tanta edad y me siento tan pequeña. Hace aproximadamente dos años tuve un novio que me llevaba doce años (yo tenía 19 y el 31) y, para ser honesta, no tenía la sensación de que fuera mayor que yo. ¿Por qué traigo eso a colación? Es extraño, para mí al menos, que con ese hombre jamás me sentí pequeña, y con este muchacho sí.

Cuando pienso en él no sé exactamente qué pienso, je. Tampoco sé bien cómo explicar esto, pero lo voy a intentar.

Estando con él existen muchas sensaciones en un lapso corto de tiempo, porque es una persona muy voluble. No sé si esta característica se deba a su adolescencia o a que simplemente es así (su padre vota por lo segundo y yo espero que sea lo primero, aunque de no tener arreglo igual lo amo tal y como es). Experimento dicha, enojo, tristeza y ansiedad (esto último con más frecuencia que el enojo y la tristeza). Pareciera que estoy atada a sus cambios repentinos de humor y hoy cambió tres veces de humor en menos de hora y media.

A veces me cuesta no encabronarme... más bien siempre me cuesta no encabronarme, ya que soy una persona muy volátil, pero autocontrolada. A pesar de que la mayor parte del tiempo siento que él tiene un alma más vieja que la mía, intento tener paciencia a esos pequeños detalles porque tan sólo tiene 18. Y con todo y las cosas amargas que me puede traer su forma de ser, la recompensa es muy hermosa. Quizá parezca que no es nada, tal vez sólo soy romántica e idealista, pero soy amante de los pequeños momentos.

Hoy después de comer, se puso de humor serio, taciturno (le pasa a menudo). Y, como ya mencioné, a mí se me contagia de forma automática su humor, o más que contagiarme, modifica bien cabrón la manera en que actúo o percibo las cosas (porque soy bien dramática). Por ejemplo, como si estuviera juguetona y después de su cambio estuviera seria y apesadumbrada, o pensativa. Algo por el estilo me pasa. Me considero el tipo de persona al que no le gusta rogar y noto que en ese aspecto él es igual. A veces me da miedo pensar en eso, en dejar ganar a mi orgullo. O que él deje ganar al suyo.

El caso es que a pesar de su humor fúnebre intentó hacerme sentir bien, supongo que notó que me había "contagiado" el humor.

"¿Qué tienes, amor?".

(Me encanta que me diga amor).

Me abrazó y me besó, muchas veces. Veníamos saliendo de la escuela y estábamos acompañados de sus/nuestros amigos. Dejó que se adelantaran y se quedó parado abrazándome, diciéndome que me amaba. Y esas palabras me llenan.

Seguimos hacia el metro después de que pasaran algunos minutos y una vez allí volvimos a quedarnos parados, abrazándonos. Me encanta abrazarlo porque es muy alto (y sexy). Y esto ha pasado ya en algunas ocasiones, que me mira, sonrío y él también se ríe, como atontado. No encuentro las palabras para describir cuan placenteros resultan para mí los momentos en que lo atonto. No sé si él nota que me pasa lo mismo con él. Y sé que estoy enamorada y que hablo desde el corazón, pero su sonrisa me parece la más bonita del mundo.

Y mientras estábamos en el metro, hablamos de muchas cosas distintas, pero hay una de tantas que se quedó en mi corazón y me sigue haciendo sentir un nudo en la garganta (un nudo feliz) y mariposas en el estómago.

Me contó una historia de terror. Sí, de terror.

Asumo que la leyó en internet, trata de una chica que muere en un accidente. Un chica joven, era porrista. Al morir ella va a dar a un cuarto oscuro, donde se encuentra con un ángel que le pregunta como quiere pasar el resto de su eternidad. La chica le dice que quiere ver su legado, lo que las personas dicen de ella y demás. El ángel le concede su deseo y desaparece, dejando en su lugar un proyector. La primera cosa que se proyecta es una ceremonia en su escuela, con toda la gente triste porque murió joven y demás. El proyector se apaga y luego de un rato se vuelve a encender, ahora la escena que se proyecta es de su funeral. Se apaga (ahora durante un tiempo más prolongado) y se vuelve a encender, ahora muestra la escena de su novio hablando con una amiga sobre ella. Y así continua, cada vez los tiempos entre las proyecciones son más espaciados, hasta que un día deja de encenderse y mucho, mucho tiempo después se vuelve a encender, mostrando a su hermana en su lecho de muerte, hablando de ella. En ese momento la chica se dio cuenta de que esa era la última vez que se iba a encender el proyector.

Después de contarme esto se quedó callado unos segundos, y dijo:

"El punto es que si pudiera elegir como pasar mi eternidad, elegiría pasarla contigo".

Y pues me puse a llorar. Y lo amo. Te amo. Y yo elegiría lo mismo. Soy tuya. Que densa. Estoy haciendo las caras que dije que haría. Me voy.



¿Qué vergas contigo, Ale?

Años después.

Henos aquí, algunos años después de salir de la prepa y dejar de ser otaku, Supongo que a pesar de todo lo que ha pasado y el tiempo durante el cual se supone que maduré, sigo siendo mayormente la misma Ale, la "única" y "especial" Ale.
Ayer estaba leyendo mis antiguas entradas con mi novio actual, y hago énfasis en esa palabra porque cuando todavía escribía en este blog ni siquiera había tenido novio, like, nunca. Y el chavo con el que estoy ahora es mi cuarto novio.
Este novio que tengo a veces me hace sentir que soy asalta cunas, aunque sé que tres años de diferencia no son la gran cosa (o eso quiero creer), además es mayor de edad y eso. Y se ve como de mi edad, hay gente que dice que hasta mayor que yo se ve. En serio...
Regresando al tema, estábamos leyendo juntos mi blog, y me hizo sentir bastante avergonzada conmigo misma. Me gusta pensar que ya no soy la misma persona que escribió este blog hace 5 años, pero hablando con él me di cuenta de que probablemente no he cambiado tanto. Hay cosas en las que me gustaría no haber cambiado, por ejemplo, me gustaría seguir siendo una romántica e inventar historias para cada canción. Esto lo menciono porque, leyendo, recordé el chingo de cosas que escribí que tenían todo que ver con la música que escuchaba. Antes no me gustaba pensar en que yo era igual al resto, pero hoy me dan ganas de que sea lo opuesto, de tener más cosas que compartir con la gente. No necesito analizarme mucho para darme cuenta de que, en general, cuando leo lo que cualquiera escribe es precisamente porque me siento identificada, de otra manera probablemente lo dejaré.
Y bueno, hoy en día no tengo idea de qué podría hablar (escribir). Tiene tanto tiempo que no escribo nada de mi misma que mi cerebro comenzó a secarse, a eso sumemos que no he leído mucho desde que entré a la universidad. Creo que sólo he leído un libro desde que llegué a CDMX, y de esto ya tiene dos años, más o menos.
Voy a empezar por expresar lo mediocre que me siento al seguir, técnicamente, en 3° semestre, y tener ex-compañeros de la prepa ya subiendo sus fotos de egresados de la universidad. Sí...
Y bueno, no estoy explicando bien mi situación escolar, porque ni siquiera estoy exactamente en 3° semestre, pero no los quiero aburrir (ni avergonzarme) con eso.
Han sucedido demasiadas cosas desde que dejé mi pueblito. Terminé con mi primer novio al irme. Dato curioso: si alguien, a parte de las personas que me conocen, lee este blog, puede adentrarse a entradas antiguas y leer los comentarios. Quizá se diviertan con los comentarios que dejó mi ex ahí. Éramos súper densos (le robé esta palabra a mi novio actual, je je). Y después de irme de El Pueblo y terminar con él, mi vida se volvió una novela erótica y libertina en cuyo capítulo me quedé atrapada aproximadamente un año. Salieron montones de anécdotas divertidas de ahí, pero no creo repetirlo... ¿o sí............? Nah, no creo.
El caso es que pasé a la universidad después de estar 6 meses de nini porque quedé en el semestre diferido (es decir, entré en enero en lugar de agosto). Y durante todo este tiempo lo único que hice fue jugar videojuegos, y con videojuegos hablo de Majora's Mask, que es sólo uno que me bastó para entretenerme medio año porque, les presumo, me lo acabé con todos los items y sin cheats.
Y en este tiempo, a parte de bajar de peso como loca y Majora's Mask, no hice nada más. Cuando finalmente me mudé a CDMX me volví extrañamente popular entre el sexo opuesto. Puedo decir que no soy una belleza, pero estudio ingeniería y el resto se explica solo. Entonces, como era soltera y libertina, viví un chingo de pendejadas. Además, salí muy bien preparada de la preparatoria y el primer y segundo semestre de la universidad no representaron un reto para mí, lo cuál me dejó con una cantidad exorbitante de tiempo libre.
Fue durante este tiempo cuando conocí los vicios universitarios. Y fui de fiesta en fiesta, y de orgía en orgía...... Mentira, sólo de fiesta en fiesta.
La clase ya se puso interesante, así que voy a dejarlo aquí, je. Bai.