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miércoles, 29 de diciembre de 2010

Significado

Con una palabra... Tengo un amigo que lo ha mencionado mucho, sin embargo apenas ahora me ha llegado la inspiración.

No sé por dónde empezar, porque esto no tiene ni principio ni final, se trata del poder de las palabras. Lo que te dice una persona, algo hiriente, puede ser minimisado con algo dulce y de cariño, pero no termino de entender, por qué a veces decidimos creer mentiras... O eso es lo que yo suelo hacer.

Cuando me dicen cosas malas, por lo general las creo... más incluso que las cosas buenas, no entiendo por qué.

Otro punto es el poder que tienen las palabras de diferentes personas, y no me refiero a que tan buenos sean hablando o la perfección gramatical con que lo escriben o si lo dicen con sentimiento, me refiero a que si lo dice tu madre te va a doler más a que si lo dice tu abuela... o puede ser al revés.

No comprendo, por ejemplo, cuando un profesor te dice: esto está mal, es horrible esta redacción, busca otro camino porque esto no es lo tuyo... Y tú te dejas abatir por las palabras de ese profesor, sin embargo, si cualquier otra persona te dice que es magnifico, incluso otro profesor ¿Por qué sigues sintiéndote mal? Es que quizá nos atamos a las palabras fuertes... Sí, quizá las palabras fuertes nos tienen un nudo.

A veces me pregunto... ¿Qué será mejor, escuchar palabras o leerlas? Yo he de confesar que no soy buena hablando... La verdad es que si a mí me ponen frente a un público a dar un discurso voy a fallar, no sólo por los nervios, sino porque en verdad no me sale hablar. Yo soy el tipo de personas que cuando habla dice cosas imprudentes, y es por eso que prefiero escribir... Así de verdad pienso en lo que escribo, en las palabras que ocupo, en que lo que esté haciendo refleje realmente lo que quiero decir; aunque esto desde mi punto de vista, pues sé que la percepción de las palabras al igual que de las imágenes puede variar de persona a persona.

Pero entonces... ¿cómo expresar realmente lo que quieres? ¿Importa el tono que utilices? Si le dices a una persona un 'te amo' enojado ¿Te creerá? No lo sé... Quizá lo que te desespera es que la persona sea incapaz de ver a través de ti. Me afectan tantas cosas... y a la vez nada traspasa la capa de felicidad a la que estoy sometida en este momento.

No es fácil para mí creer un "te amo"... sobre todo cuando se dice con tanta facilidad. Yo soy de esas personas, de esas que dicen te amo con facilidad... Pero no soy de las que lo sienten con facilidad. Me pregunto si en mi ojos se verá mi sinceridad... me pregunto si de verdad a la otra persona llegarán mi sentimientos.

Un rayo al corazón... Así se sienten de vez en cuando las palabras, incluso las acciones. El gesto de que besen tu mano, para algunas personas puede no significar nada, pero hay para quienes (como yo) es un trauma durante un mes... Y no sabes con qué intención fue hecha la acción por la persona, con qué propósito fue dicha esa palabra, sólo sabes que te deshaces en felicidad por algo que posiblemente para otra persona no haya sido nada... Supongo que eso también depende de nuestras costumbres. Si estás acostumbrado a recibir amor, quizá lo que te emocione sea la furia o el desprecio... Y viceversa.

Pero yo sigo preguntándome ¿cómo confiar en que las acciones del otro individuo son como tu las recibes? ¿y qué si pasan por tu escudo, por tu visión, con un efecto más hermoso de lo que es realmente?

Les contaré algo de lo que me di cuenta hace ya un año, cuando recién descubrí mi gusto por la escritura...

Me di cuenta de que un escritor puede manipular la visión de sus lectores. Un escritor puede relatar algo y decir mentiras aunque lo que pasa en el relato sea puramente verdad. Por ejemplo, un escritor puede relatar un abandono, y fingir en las intenciones... el escritor puede decir "la cara de la madre parecía deshacerse en tristeza mientras dejaba a su hijo en la puerta de un extraño".

En esa línea, nosotros como lectores podemos llegar a creer que la madre se deshacía en tristeza por abandonar al bebé, pero no necesariamente tiene que ser esa la razón. Hay infinidad de razones por la cual la mujer puede estar triste. Y a pesar de que el relato es puramente cierto, es manipulado para que se vea de cierta manera. Las cosas no siempre son lo que parecen... aunque claro, eso no se aplica a los relatos ficticios, porque esas son manipulaciones de un mundo en el que el escritor es el dios, por lo tanto todo es cierto.

Pero, cuando se trata de hecho reales, cómo puedes confiar en que la forma en la que recibes las acciones sea la forma en la que son enviadas a ti.

Supongo que esa será una incógnita más hasta que una acción pura, que no pueda significar otra cosa más que lo que es, llegue hasta mi encuentro...

Querida yo, me gustaría saber qué significan tus acciones...

martes, 28 de diciembre de 2010

Jack, little Jack is growing...

-Ven... Acércate, no pienso hacerte daño -le dijo la voz grave, pero hermosa a la muchacha. Era una voz de locutor de radio.

-Estás mintiendo, sé que en realidad me vas a hacer caer -le contestó ella, insegura, pues sabía que la voz la llamaba en cuerpo y espíritu.

-No tengas miedo, todo está bien. Acércate -le pidió una vez más.

No podía pelear contra esa magnífica voz, su propia voluntad la empujaba a hacer todo lo que aquel hermoso sonido decía. Se adentró a la oscuridad de donde provenía la voz, a un lugar profundo de donde temía no poder volver a salir jamás.

-¿Qué piensas hacerme? -le preguntó la muchacha a la voz masculina que tanto la llamaba.

-No voy a lastimarte, solo quiero que pruebes esto -le dijo la voz, entonces en medio de la oscuridad sintió una calidez en su mano. Una piel suave. Pronto se sintió abrazada y luego unos labios se apoderaron de los suyos, una lengua con un gusto dulzón.

Ella sabía que después de eso jamás volvería a salir de la cueva, porque no se lo permitirían sus deseos de quedarse.

La chica había caido en las garras de la tentación...

Querida yo ¿qué fue lo que estuviste leyendo como para escribir algo así?

Un peso menos...

¿Alguna vez te has sentido con un peso enorme encima? No me refiero a una maleta de viaje sobrecargada, o a muco libros enl a mochila de la escuela... aunque seguramente pueden contar.

Me refiero a un peso en el corazón, algo que no te permite respirar con libertad, algo te hace cansarte más rápido al hacer ejercicio, al hablar también puede faltarte aire, al mentir... Yo me sentía así hasta hace poco, pero no por mis mentiras, sino por la verdades que ocultaba. Es increible lo mucho que te puedes sentir mejor al decirle alguna verdad a la persona a la que necesitabas decírcelo.

Amo la sensación que siento en este momento, me gusta sentirme así... Desde ahora no pienso ocultar nada, porque me siento muy ligera, muy bien. Es de verdad cais increible, no lo creería si no fuera porque lo estoy viviendo en alma propia.

¿Cuál es la verdad revelada? Bueno... Eso sí no se los voy a decir... Es un se-cre-to, sobre todo porque ustedes lectores no son quienes tienen que saberlo, posiblemente tampoco la persona con la que me sinceré -mi madre- pero ella estaba preocupada, y hasta que no fui sincera, hasta que ella no notó en mi ojos que fui sincera, se tranquilizó... Es increible lo que las palabras pueden hacer, me encanta su poder. Es tan destructivo como curativo. Hoy me siento nuevamente en paz.

No estoy segura de cuánta gente me odia... Por lo general creo que casi nadie me odia, las personas que suelen odiarme son las que en algún momento me amaron más de lo que yo me podría haber imaginado... Y es que las cosas siempre son así, quien más puede lastimarnos es aquel que más nos importa... Porque mientras más amor le tengamos a alguien, más poder para destruirnos con palabras o acciones le entregamos.

Es curioso, porque hace unos cuantos días me puse a pensar en lo mucho que a veces unpo se tarda para crear una relación sólida, una buena relación con alguien -ya sea de amistad o de pareja, incluso padre e hijo-, puedes tardar meses creando esta relación, años incluso... Y se puede ir a la mierda todo en un sólo minuto.

Que difícil es ser un humano...

Pero que divertido...

lunes, 27 de diciembre de 2010

¿Decisiones?

Me encuentro en u momento importante en mi vida, no sólo porque me estoy dando cuenta de muchas cosas importantes, sino porque es el omento en el que tengo que tomar decisiones pensando en las concecuencias que conllevan.

Me pregunto si uno de estos días cometeré errores más grandes de los que ya he cometido, pero diré "Tenía que pasar", porque posiblemente así sea... Aunque me acabo de dar cuenta de una diferencia muy importante entre las concecuencias que tenían que pasar y las que no.

Verán, la concecuencias, cuando tomas y manejas, son tú responsabilidad, porque sabes lo que puede pasar:

*Puedes chocar.
*Puedes no chocar.

El que pase una u otra, ya será el destino, está fuera de tu control, sin embargo, si chocas será tu responsabilidad, pues sabías que eso podía pasar, sin embargo hay otro tipo de decisiones, la decisiones que tomas pensando, consciente de lo que estás a punto de elegir, pero sin saber aquello que puede llegar a pasar. Por ejemplo:

*Confías en una persona, le dices un secreto, pero no puedes saber si esta persona te va a traicionar y va a decir tu secreto.
*Elegir una carrera, puedes hacerlo pensando en todo, pero no sabes que va a pasar mientras estudias, no sabes si todo te va a gustar o si a la mitad de los estudios te das cuenta de que quizá no era para ti.
*Decir te amo, no puedes saber si la persona te va regresar tus sentimientos, sólo sabes lo que sientes tú.

Son muchas cosas aquellas que le podemos dejar a ese famoso dicho "Teníe que pasar". Pero tambien hay cosas que no... ¿o sí?

Me pregunto ¿será que todo lo que pasa, pasa por una razón?

Ya no sé si creer en mi propia voluntad... ¿Se dan cuenta de que me enredo solita?

En fin, sí, voy a creer en mi voluntad... voy a quedarme con mi antigua conclusión... bueno, la más reciente. Sí, creo en mi voluntad, pero aquello que no está bajo mi control es lo que tiene que pasar.

De todos modos, tenemos unas cadenas llamadas destino, que se fragmenten o no en varias decisiones, nos van a llevar al mismo lugar...

domingo, 26 de diciembre de 2010

The Anger - Carl Norén

Esta canción me parece que es muy yo en este momento, aunque no estoy segura de por qué. En fin, la dejo porque no sé qué hacer para ya no pensar tanto en algunas personas... Definitivamente mañana voy a salir a distraerme ¡Muy bien! Entonces... esta canción, sí, la amo y siento que es muy como yo cuando me dejo llevar por mis emociones, aunque no es ni por el nombre ni por la letra, si no más bien por la melodía que está hecha con violín...

Siento que es muy como yo cuando me lleva la alegría o la tristeza... La dejo y punto.

Will you love me if I cry?

domingo, 19 de diciembre de 2010

La visión de mi mundo cambia

A veces me pregunto si será para mejor o porque simplemente soy demasiado influenciable; quizá eso se deba a que soy agnóstica y que no tengo firmeza en nada más que en mis 15 reglas de vida (y esto lo digo ni tan convencida, porque a veces me falla una parte de mí).

Me siento a veces verdaderamente estúpida, pero ahora creo que quizá si sirvo para algo, la vida se ha empeñado en demostrarme que quizá si ayudo aunque sea un poquito a las personas, aunque sea sin darme cuenta, aunque en el proceso me sienta muy culpable y bastante, bastante inferior a todos aquellos que dedican sus vida a ser alguien mejor.

Yo siempre pienso que actúo por razones egoístas y me empeño en creer que el dolor ajeno no me afecta en lo absoluto, pero con esto simplemente me he vuelto a fallar, aunque no del todo...

Verán, siempre he querido verme a mí misma como una persona seria, fría y calculadora (por un lado), y así me siento porque en el fondo (muy en el fondo) así soy, pero cuando alguien me conoce lo primero que piensa de mí es que estoy loca, así de simple, loca loca loca loquísima de atar.

Y no los culpo, porque soy ese tipo de personas que te encuentras en las caricaturas (quizá también he sido influenciada por Bob Esponja, lo admito [pero ¿quién no? me cae muy bien]), o sea: desordenada, parlanchina, siempre distraída (a veces no sé ni que año es este ¿lo pueden creer?), olvidadiza, chistosa (sin querer), llamativa (sí, llamo la atención, pero también es sin querer, no me gusta hacerlo) y para concluir soy como una niña chiquita e hiperactiva en el cuerpo de una adolescente (por el momento, ya que llegará el día en que me vuelva una niña en cuerpo de adulto).
Y toda la percepción que una persona puede llegar a formarse de mí, cambia en cuanto esta persona me cuenta un problema. Sí, suelo ayudarle y sí, sin querer al igual que todo lo que hay en mí. Yo nunca he querido saber lo que sé, podría decirse que la vida se ha encargado de darme responsabilidades que yo no he querido. Si hay algo con lo que estoy eternamente peleada es la palabra responsabilidad y su significado.

Hoy, justamente hoy, fui a una curso; la verdad no pensaba ir, sentía que era una pérdida de tiempo porque soy una persona si no escéptica, al menos soy de esas que se preguntan de todo a sí mismas. El ¿para qué? o ¿por qué? es algo que siempre, desde pequeñita me he preguntado, ambos, "para qué" y "por qué" para mí vienen siendo la misma cosa, pero como dijeron hoy en el curso, no es igual. Creo que todo para cada persona es diferente, pero también siento que de algún modo todos estamos conectados, pues no podemos ser tan diferentes unos de otros dado que todos vivimos en el mismo lugar, respiramos el mismo aire y cuando levantamos la vista durante las noches, vemos las misma hermosas estrellas sobre nuestras cabezas...

Me salí del tema otra vez (¿se dan cuenta de que siempre lo hago?), el punto era el por qué al final decidí ir al curso espiritual. La razón fue que mi madre sí iba a ir, y sucedieron una cadena de hechos que nos llevaron a una parte de nuestra relación en la que las dos estamos inseguras: yo por aquello que me guardo para mí (porque es cierto que soy un libro abierto para contar cosas de mi personalidad, mis pensamientos, me gusta compartir eso porque a veces siento que ayudo un poco a las personas a pensar en lo que hacen, en buscar más razones en lugar de hacer por hacer; aunque a veces también creo que des-ayudo porque se rompen el coco buscando respuestas que ni yo misma encuentro a pesar de que todo el tiempo pienso en ello; pero soy muy críptica respecto a mis acciones, en lo que hago soy una caja fuerte, ya que no le cuento las cosas que hago ni con quien las hago o si las hago sola a nadie que no sea una persona de mi total confianza; a veces ni a esa persona en la que confío al 100% se lo cuento por simple vergüenza de mis actos y pensamientos, porque para mí los pensamientos son casi acciones [el paréntesis más largo del mundo]) y mi madre por aquello que yo no le cuento y que viene tratando de descifrar por sí misma, por mis palabras y porque ha perdido confianza en mí últimamente por una serie de hechos desafortunados...

Así que quería estar cerca de ella para demostrarle que independientemente de lo que sepa o no sepa de su propia hija, yo siempre la amaré por el simple hecho de ser mi madre, de haberme dado la vida y de proporcionarme aquellos valores que no he desechado porque creo que son útiles y que se han ido convirtiendo a través de los años en las virtudes (escasas) que tengo como persona. Y hoy creo que mi mamá aprendió cosas que, aunque yo ya sabía por todo lo que pienso en el por qué de las acciones humanas, de mí no las habría escuchado; si hay algo nuevo que aprendí en el curso, fue para conocerme un poco más a mí misma y quizá el saber porque pienso tanto en la vida y ayudo más a las personas que están a mi alrededor aunque no pueda con mis propios retos.

Como en anteriores entradas he comentado, tengo o tenía o sigo teniendo quizá, dudas acerca de lo que sucede en la vida de las personas, sobre el por qué pasan las cosas (si yo las provoco con mi voluntad o si pasan porque existe el destino, dios o algo que nos guía), y los problemas o "retos", como una persona que me parece interesante (en mi opinión personal) me enseñó a llamar a esta vida en general que para mí siempre es un embrollo (además, suena más bonito o menos feo que llamar a todo un problema). Ayer en la noche, mientras iba en silencio en el auto después de una charla necesaria con mi madre por los sucesos ocurridos, me di cuenta de que quizá eso que yo no quería que pasara, quizá tampoco era inevitable (porque a lo mejor si mis acciones anteriores hubieran sido diferentes la historia habría cambiado también y eso no habría pasado), pero al parecer tenía que pasar de una u otra manera, en esta vida o en cualquier otra, si es que existen otras vidas...

Así que, incluso este reto que la vida me puso en frente, quizá el de volver a ganar la confianza de mi madre, ha sido al final bueno, porque hemos hablado de cosas y nos hemos abierto más que de cualquier manera que hubiera sido tal vez "bonita", por lo tanto fue necesario, por lo tanto...

fue inevitable...

He llegado a una nueva conclusión, la cual es muy parecida a la anterior sólo que restando una parte que parece que repetí, así que para dejarlo bien en claro pondré mi antigua conclusión y la nueva después, para que se note mi descubrimiento personal:

"Hay cosas que creas y cosas que por algo se crean, pero de cualquiera de las dos formas, hay cosas inevitables"

Esa fue mi conclusión anterior, sin embargo, repetí algo, casi como si fuera un pleonasmo, pues me di cuenta de que, sumando las siguientes palabras a la anterior conclusión, algo queda un poco más claro, al menos para mí:

"Aquellas cosas que por algo se crean, son también las cosas que son inevitables"

Lo que, en mi idioma, significa:

Cosas que pasan por algo = cosas inevitables

Morimos porque tenemos que morir físicamente para poder avanzar, en eso siempre he creído aunque no crea en el poder superior que guía mis acciones, pero si en este mundo hay algo que yo no controlo ¿quién lo controla entonces? Todo lo que existe, existe por algo ¿no? Entonces, si todo existe por algo, las situaciones que no somos capaces de controlar nosotros de nuestras propias vidas (lo que está fuera de nuestro control en nuestros pensamientos y cuerpos) es aquello que es inevitable.

Sigo sin saber por qué, y sigo teniéndole envidia a aquello que controla lo que no puedo controlar, pero sería demasiada responsabilidad, y repito...

La responsabilidad y yo, es algo que mi querida yo no junta mucho conmigo...

Y como última lección, la voluntad, lo que sí sucede por mí, son aquellos pensamientos que controlo de mí misma, la actitud que tomo ante aquello que de cualquier manera es inevitable... Querida yo, que bueno que tuvimos esta charla, nos hacía muchísima falta, ahora podemos dormir en paz, aunque sea sólo esta noche...

jueves, 16 de diciembre de 2010

Perdón...

Querida yo:

Perdóname. No quise hacerle daño a nadie. Es tiempo de sacarlo todo a la luz, aunque sabemos que no servirá para nadie más que para aquel que sepa descifrar mi lenguaje en código "r-a-r-o" o tan metafórico y supermetafórico y requetearchicontrametafórica hasta que deja de ser entendible para cualquier alma menos la que escribió las palabras...

De vuelta al perdón. Querida yo, te he fallado. El manto estrellado que cubre nuestras cabeza ya no nos llama, los punto luminosos en este se han apagado uno a uno... hasta qyue quedan quizá sólo cinco de ellos...
¿Por qué cinco? Bueno, para empezar porque siempre será nuestro número favorito y también porque la Luna y el Sol jamás se extinguen; siempre serán los principales puntos luminosos, aunque la Luna a veces no esté haya arriba, siempre vuelve porque nos da esperanza... en vano, ya que jamás tendrá un brillo propio.

Las estrellas... la tres estrellas que nos quedan, Ale. Simplemente sabes que van a explotar algún día. Tiene que saber que lo único seguro que tienes es la Luna, pero incluso tu Sol puede llegar a explotar. Ojalá y arrastre a la Luna con él, no quiere existir sin un Sol que caliente su fría existencia.

Nos olvidamos de la tierra ¿no?

No cuenta en lo absoluto, la tierra observa todo... La tierra es parte de, lo escencial, sin ella no existe nada de esto porque no tendría nada sentido, mas no le incube participar en esta historia tan trsite, prefiere ser la espectadora.

Es una chismosa y punto. Debería conseguirse una vida.

En realidad tiene mil vidas.

Son vidas ciegas, son vidas inservibles, deberían ofrecerle todo eso a los puntos luinosos en el cielo. Aunque sea poco podría extender sus vidas un poco más, así todo tendría más sentido.

Ay, querida yo, me vuelves a decepcionar. ¿Qué clase de pensamientos egoistas tienes?

Me disculpo, pero no me perdono. Si lo hago demuestro que en realidad los errores de los astros no me importan, pero deben importar pues si no dejarían de ser importantes, dejarían de brillar para la estúpida tierra metiche, que al parecer a dejado de ser una espectadora.

Como odio a la Luna y al Sol.
Ahora también a la Tierra...

domingo, 12 de diciembre de 2010

Influencia

¿Cuándo todo empezó a cambiar? Al parecer ha habido cierta influencia sobre mí... quizá esta persona estaría alegre. Es increible, definitivamente increible...

Hace algunos años, en algún lugar no muy lejano, pero bastante oculto, un muchacho vivía sólo... Sin ser feliz ni triste, su única realidad es que estaba sólo. Él no se ponía a pensar en si estaría mejor acompañado, sólo aceptaba el hecho de que se encontraba sin nadie, y no extrañaba la compañía pues siempre había estado así, no recordaba jamás haber estado en compañía de un alma que no fuera la suya, sin embargo sabía hablar, leer y escribir, tamb ién dibujar.

Un día el muchacho pesacaba en el río mientras silbaba la única melodía que el conocía, entonces escuchó otro silbido que acompañaba a la melodía... uno que armonizaba con su música. Por primera vez el muchacho sintió miedo y curiosidad. Él siguió el suave sonido a través de algunos árboles del oscuro y verde bosque, del cual no había salido jamás, y entcontró a una chica con un instrumentos pegado a sus labios, que al parecer era el que provocaba aquel sonido que parecía un silbido, pero más hermoso y continuo...

La observó por unos instantes hasta que ella se dio cuenta de su precensia.

-Hola- saludó ella.

Él sólo pudo responder repitiendo lo que ella acababa de decir; era su primera interacción con un humano... con cualquier ser que no fuera un insecto a un animal pasajero.

-Hola- terminó por responder.

Ella le regaló al muchacho su más amable sonrisa, entonces dijo:

-Discúlpame por molestarte, pero necesito ayuda... Verás, estaba paseando por aquí y me tropecé con aquella roca, creo que me he torcido el tobillo y no puedo levantarme. Escuché que alguien silbaba y como me he traido mi flauta me puse a repetir la melodía para ver si atraía la atención de alguien que pudiera venir a rescatarme. No quise gritar por iedo a atraer la atención indeseada de algún animal... La música no es peligrosa porque ya sabes que los calma, o ese es el dicho popular...

El muchacho escuchó todo esto atónito. Él había vistyo con anterioridad su reflejo en el agua y podía entonces saber que ella se parecía a él, pero era la primera vez que veía a otra persona... o lo que recordaba.

Esta chica le pareció hermosa... aunque no sabía bien cómo podía deducir la hermosura de alguien, sintió que ella se lo pareció.

Y mientras el muchahco pensaba todo esto, la chica empezaba a desesperarce, así que intentó levantarse para provocar alguna reacción, pero calló al suelo en el instante en el que apoyo el pie malo en el suelo. Al ver la escena, el chico al fin reaccionó y la ayudo a mantenerse en pie.

Ella le indicó el camino a él y la ayudó a regresar de donde había venido...

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado..

Hmmm... deyabu... ¡Qué rara sensación!

sábado, 11 de diciembre de 2010

Si pudiera crear a una persona...

Temo que soy alguien bastante superficial, una persona superficial disfrazada bajo un manto de intelectual. Eso es lo que soy en mi mitad más extrovertida. No creen que sé lo que piensa la mayoría, pero así es, y, en su mayoría, yo controlo lo que la gente piensa de mí, tanto lo bueno como lo malo.

Cuando hablo de crear a una persona no me estoy refiriendo a crearla como una madre crea a un hijo, sino de verdad poder crear a una persona. Hacer que esta persona tenga las virtudes y los defectos que tú elijas, que tenga el físico que tú quieras. Me siento triste porque sé que es imposible y también porque sé que en este momento sólo pienso en el físico de esta persona. Es posible que ya haya encontrado su mente, al menos una buena convinación de dos personas completamente opuestas.

Muchas cosas que hago están diseñadas para que sólo algunas personas puedan entendelas.. pero creo que sólo soy yo la que entiende lo que hago y por qué lo hago.

Aún haciendo de esta persona el ser perfecto para mí, creo que si no tiene la habilidad de despreciarme simplemente perdería total interés en esta persona...; y por un lado me siento alegre de que la persona que podría entender esto (o quien espero que lo entienda) jamás vaya a leer esto por falta de interés, porque no me gustaría jamás admitir tantas cosas...

Mi persona perfecta... mi persona perfecta...

Mi persona perfecta me desprecia como el Sol desprecia a la Luna... y eso sería así porque si no simplemente no me interesaría. Por eso para mí una persona cuando la acabo de conocer, si cumple con sierto nivel de inteligencia requerido para una charla más o menos profunda, siempre es perfecta... o una persona muy inocente, también es perfecta porque capta mi cariño, aunque no tanto mi atención.

La Luna se siente despreciada e interesada... por otro lado también le interesa sentirse amada por el Sol... y eso pasa en las noches, cuando la luz atenuada de este le presta brillo y belleza, aunque en el día sus rayos sean tan brilantes que sofoquen su visión. Que Sol tan egoista, igual que la Luna. El Sol sería perfecto para mí. Que suertuda Luna.

Estúpidas persona perfectas... Pero si pudiera crear a la persona perfecta, me sentiría celosa porque yo querría ser esa persona... por tanto en lugar de crear a cualquier otra persona, me perfeccionaría a mí antes. Yo sería una convinación de la Luna y el Sol, pero si pudiera compararme con algo, aunque sólo sea en mi imaginación, yo sería la Luna, y mi persona perfecta sería el Sol...

¿Qué va a pasar el día en que mi alma se seque por completo...?

A eso le llaman muerte... ¿no?

martes, 30 de noviembre de 2010

Lo que pasa por mí, lo que pasa por algo, lo que pasa tarde o temprano...

La vida es una improvisación... ¡cuántas veces he escuchado esa frase! Sí, lo es, pero hay cosas en la vida que al parecer siempre tienen que pasar.

A veces, me he preguntado millones y millones de veces, algunas cosas sobre ciertas situaciones... por ejemplo, cuando aún no había recibido mi primer beso... me pasaba el tiempo preguntándome, cuando las personas al rededor hablaban del tema, cuándo sería mi turno de besar o ser besada...

El tiempo y la vida, a lo largo de mis pocos años humanos, me han ido mostrando que todo tiene su lugar y su tiempo, me han mostrado que, aunque el mundo y nosotros pensemos que el tiempo se adelantó o el tiempo se atrasa, en realidad, el tiempo siempre será correcto, porque son cosas que aunque están bajo nuestro relativo control, en realidad no lo están. Sueno como si creyera en dios, pero no, no creo en ningún dios... Creo en una fuerza superior, pero no le veo cara ni niombre, sólo creo o me reconforto en pensar en que todo lo que pasa, pasa por algo y en que todo, aunque no lo parezca, está bien... Quizá piensen y digan que estoy loca (no sería la primera vez), pero me gusta creerlo... ¿Por qué? Bueno, por otro lado siento que es una excusa para las personas irresponsables como yo... nuestro lema "Las cosas pasan por algo". Eso nos quita un peso de nuestro errores, pensamos que tenían que suceder o al menos eso decimos...

Así que en realidad soy dueña de mi destino, y las cosas que pasan o no pasan son mi total responsabilidad... pero entonces ¿qué pasa con el poder superior? ¿No será entonces sólo la naturaleza y nosotros lo que hace que las cosas pasen o no pasen?

Estoy confundida y me gusta y al mismo tiempo no me gusta pensar en esto. Por un lado siento que pensando llegaré a una conclusión, mientras que por otro siento que mientras más piense en esto más se fragmentará en diferentes teorías y caminos. Al final, creo he llegado a una semi-conclusión, aunque en realidad no sepa si las cosas pasan por algo o si yo hago que las cosas pasen.

Mi conclusión es que hay cosas que pasan por algo y hay cosas que tú haces que pasen, pero también hay cosas que, ya se que tengan que pasar o que tú crees, siempre pasan, una de ellas la muerte.

Así que, para terminar, la conclusión es:

"Hay cosas que creas y cosas que por algo se crean, pero de cualquiera de las dos formas, hay cosas inevitables"

lunes, 22 de noviembre de 2010

Ira

Raras son las veces que en verdad me enojo. Hoy, desperté en la tarde y busqué algo que quería en mi cuarto. Todo estaba ordenado y diferente a como yo lo tenía. Me puse furiosa... pero, me refiero a de verdad furiosa. Por fortuna estaba sola, no había nadie en casa, porque pude haber dicho palabras muy hirientes... Y me siento estúpida... ¿Cómo me enojo tan terriblemente por algo así?

Fue horrible, sentí que se me iba a salir el corazón del pecho en cualquier momento. Primero busqué mis lentes, los cuales no estaban por ningún lado (aunque esos no los encontré debido a mi despiste y no a que alguien los hubiera tomado -¿quién necesitaría unos lentes de 2.5 de graduación de miope y cómo para qué?-), después me rendí con mis lentes, ya que me era imposible encontrarlos sin lentes (irónico, lo sé). Me acerqué a mi mueble-cama (tengo dos camas individuales en mi cuarto, en una duermo yo y la otra me sirve de mueble, practicamente). Sólo había una pequeña pila de libro muy ordenadamente colocado en medio de mi mueble cama. ¡Una pequeña pila de libros! Cuando en realidad mi mueble cama está rebosando de ropa entre limpia y sucia, libros por todas partes, bolsas, lapices, peluches, mis dos laptos, charolas de comida vacías, uno que otro maquillaje, etc... En ese momento me posey+o el demonio y comencé a buscar como loca las cosas en mi habitación. ¡Entre todo ese desmadre había cosas importantes, entre ella un libro prestado! Ese libro sigo sin encontrarlo, de hecho, pero poco a poco fueron apareciendo mis cosas, y mientras más recordaba que algo hacía falta, más me enojaba yo. Repito, al menos estaba sola, porque posiblemente le hubiera gritado feo al responzable...

Le llamé a mi madre, para preguntarl equién había sido; fue ella. Y le dije, de la manera menos terrible que pude estando furiosa como estaba, estas exactas palabras: "Jamás, jamás, jamás vuelvas a organizar mis cosas, porque todo lo arruinas. No se te vuleva a ocurrir arreglar mis cosas ¿me entiendes?".

Ella sólo me dijo "ok", repetí lo que ella dijo y corté la comunicación. El tono de su voz fue bastante sumiso, para ser mi madre. Supongo que a veces sí doy miedo. Aún así, volviendo al tema de mi fueria, no sé si fue maravilloso o terrible. Pocas veces son las que me enojo así: aventé las almohadas, pateé las sillas, golpeé la cama con los puños (creo que me lastimé), mi respiración y mi ritmo cardiaco se agitaron... No sé si fue bueno o malo, pero lo que sí sé es que fue fascinante.

Eso es todo, tenía que sacarlo rápido y en mi diario las cosas son lentas y pausadas... Eso es todo.

jueves, 18 de noviembre de 2010

:D

¡Ya tengo un diario nuevo! Por lo cual ya no tengo necesidad de hacer esto, así que volveré a mis viejas entradas, pero en cuanto algo se me ocurra, ultimamente sólo he escrito acerca de mi vida así que no sé por donde empezar a crear de nuevo... en fin, eso es todo. Por el momento tengo ganas de... compartir mis 15/5. Creo que sería bueno, pero por otro lado por el momento no tengo muchas ganas... ah, no, creo que no es el momento, tengo algo de sueño y no he hecho mi tarea, así que otro día será...

Creo que no puedo dejar de hablar aquí como si fuera mi diario... ¡Eso es algo un poco frustrante! En fin... viviré.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Dulce imaginación

Mi mundo es grande y feliz, en mi mundo existe todo aquello que quiero que exista porque yo lo controlo todo. Aquí, en el lugar de mi Dulce imaginación, todo lo que quiero que ocurra ocurre, y todo lo que quiero que exista existe, sin embargo, entre la Dulce imaginación y la realidad existe una ancha y oscura brecha, que sólo puede ser traspasada por los inventores y científicos (y no todos lo logran).

Los que no logramos cruzar esa brecha, a pesar del gran esfuerzo que invertimos, empezamos a confundir la Dulce imaginación con la realidad. Me gusta la sensación confusa, despierto de mis sueños pensando en que fue realidad y a veces los confundo con mis recuerdos, los que sí ocurrieron. Pero a veces es molesta la Dulce imaginación, cuando ella te controla y no tú a ella. Te atrapa, te hace delirar, acaba con lo más preciado de tu alma, aquello que tratas de conservar lúcido...

Siempre es tarde, en mi Dulce imaginación, para rescatar aquello que guardo con tanto esmero, que después de reconstruirlo, vuelve a quebrarse con facilidad.

Se renueva para mal.

martes, 9 de noviembre de 2010

Ya no sé cual es el punto (literal)

Creo que todo empieza por aceptar una verdad, un hecho. A veces también me pregunto ¿la verdad no es a caso subjetiva igual que todo lo demás? No, quizá me equivoco. La verdad no puede ser subjetiva, porque sino no sería verdad, creo que estoy cionfundiendo la verdad con los sentimientos.

No recuerdo dónde, pero una vez leí que los sentimientos eran algo que no era necesario. No sé qué pensar al respecto. A veces parece que son necesarios y a veces no. ¿Será que sin sentimientos no hay humanidad? Me lo sigo preguntando al mismo tiempo que me gustaría saber que se siente el no tener sentimientos, lo cual es una paradoja, porque si no tuviera sentimientos entonces simplemente no sentiría nada.

Hay algo que no me pregunto, sino que más bien sé. Sé que hay vida en algún otro lugar del uiverso, me parece imposible que seamos tan únicos y especiales, creo que nadie es único -dicen que todos somos especiales, pero esa sólo es una forma de decir que nadie lo es-, mucho menos creo que la vida sea única. Imagino que si en realidad hay algún ser superior que nos haya elegido para darnos el regalo de la vida sólo a nosotros los seres humanos, ha sido un verdadero desperdicio. No hacemos nada que no sea en beneficio de nosotros mismos. ¿De qué le servimos al planeta, al universo? De regreso al punto, estoy segura de que hay vida en algún otro lugar. ¿Que será de ellos?

Si existe el alma, entonces nuestras almas no se mezclan con las de ellos. Lo sé, estoy loca, pero es que me cuesta trabajo pensar en algún modo de pensar demasiado diferente al nuestro, más bien al mío. Y es frustrante, porque cuanto más quiero saber del exterior más termino imaginando cosas disparatadas.

Yo estoy entre pensar o no pensar que vengo de otro planeta, y no me refiero a eso de "las mujeres de Venus y los hombres de Marte", me refiero a que realmente he llegado a pensar que vengo de algún otro lugar. Sueno loca, si lo escribo en la computadora suena incluso peor... pero es la verdad. Más de una vez he tenido sueños con colores inexistentes en la tierra. ¿De dónde saqué esos colores? Ni yo misma lo sé; no sé siquiera si son colores.

Lo más cercano a describirlos sería como llamas entre plateadas y rojas, rosadas, verdozas... ¡No sé! Jamás se me había ocurrido como explicar algo que sólo yo imagino, creo que por eso empecé a escribir. Mi lista de carreras cuando era un poco más joven (o sea, hace al menos dos años) era mucho más larga y ha ido cambiando a través de los años.

En kinder quería ser veterianaria, en primero de primaria quería ser presidenta, luego quice ser astronauta, bióloga marina, quice ser cazadora de cocodrilos (estos últimos dos reacciones a ver Animal Planet sin falta todos los días llegando de la escuela desde tercero hasta quinto grado de primaria), después quice ser astrónomo y luego astrobióloga (estas últimas dos reacciones a ver History Chanel después de que mi trauma con Animal Planet disminuyera).

Y con esas ganas de ser astrobióloga me quedé hasta que me reconcilié con mi diario, que había dejado avandonado desde hacía no sé cuantos años. Descubrí que yo, al igual que en los libros que leía desde peque (porque siempre he tenido gusto por la lectura, de ficción, principalmente), podía crear mis propios mundos. Y así, en secundaria, descubría que había nacido para escribir, y si no era buena haciéndolo, al menos era lo que me gustaba y lo que amaba; más bien, lo que amo. Ahora que lo pienso, sí sé que es el amor: es lo que siento al escribir. Amo la sensación, quisiera que nunca terminara.

Ya me salí del tema de nuevo. Sí, creo que esto empieza a ser algo así como un diario. ¿Por qué? Bueno, en realidad es porque me parece más fácil -e interesante- hacerlo aquí que en OfficeWord porque mi computadora es un desorden total y puede que pierda todo aquel archivo que no sea un proyecto formal (así llamo a los proyectos de escritura que inicio con intención de volverlos libros) y también porque mi último diario me lo acabé la semana pasada y no he tenido ni el tiempo ni el dinero de comprar uno nuevo; siempre con candado.

Así que... supongo que eso es todo por hoy.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Dibagando

Hola otra vez, soy la escritora de nuevo... Como que ultimamente mi personaje me ha parecido más interesante de lo que lo había sido en mucho tiempo, creo que eso tengo que agradecérselo a alguien que me ha hecho creer que quizá valgo un poquito más de lo que pensaba que valía... Gracias.

En fin, hoy vengo sólo a decir en dónde me gustaría estar. Quizá también el por qué... Quiero decir mis problemas. Hace poco mi prima leyó mi blog y me dijo que era rara. Me preguntó que cuál era mi necesidad de publicar mis problemas... En realidad no le supe responder. Creo que más que nada es porque me gusta desahogarme y por alguna razón no me parece lo mismo si me desahogo en OfficeWord a si me desahgo aquí. Si no, como que no me parece un verdadero desahogo, quizá no me siento completa si sé que nadie jamás lo verá. Tal vez también lo haga porque alguien puede sentirse identíficado y en el fondo conservo la esperanza de que llegará el día en que alguien me diga "Sé exactamente de lo que hablas y ¿qué crees? Me siento igual que tú" y no sólo hablará esta persona de lo que digo aquí, sino también de lo que no digo.

Bueno, de vuelta al tema. El día de hoy me gustaría estar en un clima frío (el que más odio), quizá en Jalapa o en Orizaba. Quisiera que fuera un lugar tranquilo, como un pueblo pequeño, en donde los senderos no estén pavimentados y los medios de transporte sean bicicletas o burros y caballos. No sé qué me pasa, en realidad me gusta mi vida de citadina, pero me hace falta pensar, y estando aquí no consigo la paz necesaria. Ultimamente me siento vacía y falta de abrazos; no es que no pueda pedírselos a mi madre, es simplemente que no son esos brazos los que me hacen falta... En realidad, al ser sincera como que la sensación de vacío se aleja por momentos. De repente me inunda una calidéz (justo ahora, mientras escribo estas palabras), acabo de suspirar.

Ahora me siento normal y me gustaría volver a sentir esa calidez. Que raro, ya me salí del tema. Seguiré por este rumbo, me hace falta... En fin, creo que la sensación de calidéz se debe a un pensamiento que no voy a compartir porque:

1.- me avergonzaría.
2.- me avergonzaría demasiado.
3.- es confuso y en todo caso es ese tipo de pensamientos en los que despues de pensarlo dos veces dices "¡¿En qué estoy pensando?!".

En realidad, ahora que lo pienso tres veces, me doy cuenta de que es más un deseo que un pensamiento. Extraño a tres personas, entre ellas mi mejor amiga. No es que no esté conmigo fisicamente, es que casi no he hablado con ella desde la semana pasada y ella es algo así como mi droga (no soy lesbiana, es que es la única... bueno, era la única que me escuchaba. Ahora entró otra persona al club, aunque curiosamente, hoy que tengo necesidad de hablar con alguien no lo encuentro por ningún lado). Si soy sincera, creo que también extraño a esa persona que se acaba de sumar al club... ¡Ah! Pero qué cosas pienso, de verdad... Me pregunto si todo esto algún día servirá de algo. Ahora que me doy cuenta, aquí estoy escribiendo como escribo en mi diario (sí, tengo un diario, la mayoría de los escritores tienen uno, aunque no escriban ahí "diario").

La última vez que escribí en mi diario fue para informarle acerca de un "amor-desamor" en mi vida... Creo que ese tema está casi olvidado, para ser franca, aunque en el momento se sentía devastador, ahora me siento de nuevo devastada, pero no sé cuál es la razón.

Me molesta pensar en la gente en la que no quiero pensar. Hoy el día está como me siento: horrible.

Quizá en realidad sí quiero pensar en las personas, sólo que me molesta admitirlo.

Creo que lo mejor sería rentar una película, total, me queda cerca y es lo que hago cuando el día estpa así, pero también sé que terminando la película van a pasar dos cosas:

1.- volveré a pensar en las personas.
2.- dependiendo del tema de la película, pensaré en esas personas como si mi vida fuera la película (no importa si es de comedia, acción, terror, misterio, siempre encuentro la forma de encontrar una relación con mi vida [así de interesante es]).

Ago que se me acaba de ocurrir es que dicen por ahí que lo escritores están lochones... Yo creo que es verdad, pero también dicen que son muy tranquilos, crípticos y cerrados... En eso no estoy tan de acuerdo, puesto que a pesar de que sí soy una persona tranqula, críptica y cerrada, soy a la vez todo lo opuesto... aunque pensándolo bien, quizá yo soy la única rara en el grupo de nosotros los escritores...

Ahora quiero volver al lugar en donde me gustaría estar, ese pueblito en donde hay paz... Lo que me gustaría hacer ahí sería salir a caminar.

Ok, es tiempo de enfocarme en un personaje... ¡Qué loca está esta entrada! Aquí comienza una historia. Dejaré de ser yo, ahora no tiene nada que ver conmigo al mismo tiempo que lo es todo. Una chica llamada... hmm... Silvia:

Miro el estecho sendero bordeado por plantas y sigo mi camino con la vista baja. Recuerdo que una vez mencioné a una amiga que cuando miraba al cielo me sentía libre y cuando miraba hacia abajo me sentía atrapada. Sí, me siento atrapada, pero no sé por qué.

Veo a lo lejos, las nubes que se extienden en frente de mí, la neblina siempre presente en las montañas... Quisiera ser un ave. El viento sopla de repente y cala en mis huesos. Me estremesco. Veo una roca a unos diez metro, camino hasta ella y me siento. Miro el basto espacio que se extiende en frente de mis ojos. El viento se lleva consigo las nubes y puedo ver el pueblo abajo, me doy cuenta de que he caminado más de lo que me había propuesto cuando salí de casa, pero me gusta estar donde estoy. Me siento en paz. Empiezo a escuchar un ruido que parecen pasos. Es raro porque por lo general por esos rumbos nunca nadie va.

Giro mi cabeza y veo a un chico caminando en mi dirección. No lo reconozco. El pueblo es pequeño, pero como cuando salgo es para ir a la escuela o para caminar por los rumbos en los que ahora me encuentro, no conozco a casi nadie. Soy una chica callada.

Él muchacho no se percata de mi presencia, está mirando al suelo. Me recuerda un poco a mí. Cuando al fin alza la vista y me mira se detuvo en seco, con expreción sorprendida. Le sonrío apenada, ya que me había descubierto observádole y al mismo tiempo en modo de saludo. Él tambi´n sonrie y se acerca hasta donde estoy con paso lento...

-Hola -me dice.



Fin de la historia. Ya no se me ocurre nada como para terminarlo pronto, en realidad mi cabeza acaba de crear una novela completa (aún sin final), pero no me siento como para continuarla ni terminarla hoy; no sé si la continuaré ni hoy ni después.

Hasta que llegó el chico Silvia estaba muy tranquila, en paz... ¿Por qué siempre alguien tiene que llegar a sacarte de esas circunstancias? Claro, a Silvia en el momento no le molestó, pero si crea una relación con el chico las cosas dejarán de ser tan simples como lo eran cuando era una chica callada y solitaria. Ella no quiere un cambio en su vida ¡¡yo sé que no lo quiere!! ¿Cómo puedo saberlo? Pues porque yo me inventé a Silvia... Aunque en realidad no estoy tan segura de lo que quiere o no, no la conozco lo suficiente.

Sueno como loca ¿verdad? Creo que es hora de irme, ahora me siento mejor.

martes, 2 de noviembre de 2010

Hace poco...

Hola, soy yo de nuevo, pero esta vez soy yo de verdad, yo la escritora y no uno de los muchos personajes que, hasta cierto punto, también son parte de mi yo.

Hoy vengo a contar cosas que me parecen interesantes de mi vida, cosas que han pasado hace poco...

Por lo general, todo lo que escribo, o al menos la gran mayoría, son metáforas relacionadas a mi vida. La verdad, es que tengo una vida muy interesante, nada aburrida, que siempre está en movimiento y llena de sorpresas.

Resulta que hace unas dos semanas un chico me confesó que me amaba, o algo así (digo algo así porque no estoy segura de que el chico me ame en realidad; creo que ni él lo está), en fin. Esa no era la primera vez que alguien me confesaba su amor, pero sí fue una de las confesiones más interesantes que han existido a lo largo de mi vida humana. ¿Por qué? Bueno, para empezar, yo ya lo sabía y no estaba cómoda con ello, y me pareció que él no me lo diría jamás, por lo que agarré confianza, confianza de seguir siendo normal, de seguir siendo "yo". Y es que parecía un chico tan tímido, me llegó a parecer bastante frágil, una persona interesante desde que lo conocí y he de decir que pocas personas en realidad llaman mi atención... Pero bueno, el punto, es que en realidad es algo muy irónico, porque al principio yo pensé que el no estaba interesado en mí ni un ápice (con esto me refiero al hecho de que no parecía siquiera interesado en mí como persona, cómo amiga). Era totalmente distante, fui yo quien le habló al principio interesada en sus dibujos.

Y de alguna manera, siempre sé qué tipo de "yo" debo ser con las personas, pero en este caso me pareció que simplemente debía ser yo completa y no yo dividida, y así lo hice. Para ser su amiga hice lo más extraño en mi cabeza: fui la yo distraida por fuera con el pensamiento más profundo que tengo, lo cual no es ser falsa para nada, al contrario, creo que eso es lo más cerca que he estado de ser quien realmente soy.

No sé por qué lo hice, pero quería agradarle, quería descubrir sus secretos (porque yo sabía que tenía secretos), sin embargo, no sé si lo hayan notado a través de mi escritura, pero las cosas suelen salirse de mi control, y creo que en mi intento por ser agradable de la forma en la que realmente soy, se me pasó la mano y quizá terminé haciendo que creyera que yo era una chica más que agradable

Me di cuenta de que se comportaba diferente, este chico (una mujer siempre lo sabe ¿cómo? sólo lo sabe y punto), entonces ya no intenté ser agradable, al contrario, me volví algo fría y distante, aunque no sé si lo notó. Pero al poco tiempo decidí ser yo de nuevo y enfrentarme a la situación con valor pensando en algo como "Puedo ser la de siempre mientras no me diga nada".

Y ya saben que no sirvió durante mucho tiempo, porque me lo dijo... demasiado pronto, diría yo. La verdad, tengo algo como una doble mente, he platicado mucho con él y ya lo sabe, que tengo un conflicto conmigo misma, que soy dos personas en una, que estoy loca, en pocas palabras, y también sabe que si no fuera por ese hecho, yo sería una persona que no me causaría ningún interés para mí misma, así que quice saber qué fue lo que él vio en mí. ¡Gran sorpresa! No sabe. Al principio, a los pocos minutos de que me lo había dicho (no sé qué esperaba con ello), le pregunté que qué le gustaba de mí, y respondió que mi cabello (alborotado y despeinado, por cierto), mis ojos (eso sí se lo creo, mis ojos son bonitos, oscuros, pero bonitos), mi sonrisa y mi actitud(sobre estas de plano no tengo comentarios). Lo callé en segida, porque me avergonzaba; en realidad no sé de qué me avergonzaba.

Y después de ese receso, porque fue en un receso y en frente de mis amigos (lo sé, que delicadeza de su parte ¿verdad?), empecé a pensar... o más bien, a no querer pensar. No quería pensar en él, me molestaba tenerlo en mi mente y me distaría con otras cuestiones, sin embargo, me descubría a mí misma pensando en el asunto y me daba dolor de cabeza. Y cuando al fin pensé en ello descubrí que me daba miedo, no supe de qué, aún tengo que pensarlo, pero me daba miedo gustarle. Empecé a evitarlo.

Me sentía culpable, en primer lugar, porque había sido mi culpa (por más que él niegue que fue así, de hecho él no conoce la primera parte de la historia [en la que yo intento llamar su atención y convertirme en su amiga para saber sus secretos]) que él terminara fijándose en mí; si no hubiera llamado su atención desde un principio eso no habría sucedido.

Y en segundo lugar, porque sabía que al evitarlo lastiaba sus sentimientos, o eso creía yo...

La verdad no sé explicarlo a él, ya que con dificultad él mismo se explica ¡pero el asunto es que tenía que enfrentarlo y superarme en la vida!

Así que al fin, una tarde después de salir de la escuela me dije a mí misma "Si no haces lo correcto, quizá no eres quien crees ser". Y ese comentario, viniendo de mí, dolía. Así que le escribí el mensaje de texto más largo que había hecho en toda mi vida, disculpándome con él por mi actitud cobarde y por no poder corresponderle, diciéndole que estaba muy confundida de por sí desde antes de que él me dijera que me "amaba" porque estaba enamorada de mi mejor amigo (lo cual era en realidad una mentira, ya que la única situación que había estado ocupando mi pensamiento toda esa semana era la ya mencionada, aunque sí llegué a desarrolar sentimientos por esa persona que ocupaban mi mente antes de que él me dijera lo que ya conté). Y después de eso tuve valor y volví a ser la de antes, la chica que aprendí a ser con él, la "yo" más o menos real y completa.

Y descubrí que en realidad él era aún más interesante de lo que me había parecido al principio y, como siempre, me interesé más de la cuenta y ya no supe ni qué era lo que yo sentía.

Al haber dos "yo" no habïa un sólo sentir, y al no haber un sentir, no hay una respuesta. Y esa situación me llevó a separarme de nuevo, incluso con él. De nuevo volvía a ser la chica que parece bipolar. Así que de repente lo quería y de repente en realidad no me importaba en lo absoluto, de hecho sigo en esa situación.

Así que un día, siendo la que cree que lo quiere le dije que lo quería más o menos de la misma manera, la verdad no esperando nada (le sigo teniendo miedo a una relación; en parte porque me gusta mi libertad de acosar a las personas [larga historia]). Y lo que pasó es que me dijo que tenía miedo de que tuvieraos una relación de más que amigos porque sabe que eso tarde o temprano llega aun fin y no quería perderme. Que loco ¿no? Como si yo en realidad valiera tanto.

Entonces en este momento me pregunto ¿qué entonces la amistad no era suficiente desde un principio? Recuerdo que un día se lo pregunté y me resóndió algo como "externamente, sí", y no lo entendí. Quizá va siendo hora de volver a preguntar. La verdad es que ya no sé de qué tengo más preguntas, si de lo que hay en mí o de lo que hay fuera de mí, pero sigo con ganas de responderlas todas.

Así que, hace poco, al fin tomé una decisión, y esa decisión es:

Ya no tomar decisiones.

Y todo suciedió hace poco...

domingo, 24 de octubre de 2010

La chica más torpe del mundo

La chica más torpe del mundo parece muy despistada, pero al contrario, le presta más atención a las cosas de lo que parece, tanto que a veces se queda embelesada con una de las tantas cosas a las que presta atención, que termina por no prestar atención a nada más y la vuelve torpe... más torpe.

La chica más torpe del mundo camina en los lugares planos y se tropieza con su ego, que no baja a pesar de ser torpe; quizá ese es su problema, quizá si dejara de ser ególatra dejaría de ser tan torpe. Es una chica muy torpe, busca escoderse y sobresale más. Esta chica sí que tiene un lío entre manos...

La chica quiere ser famosa y anónima, la chica quiere vivir sabiendo que ese puede ser el último momento, la chica se reprime y explota, la chica es inteligente pero se hace la tonta, la chica quiere ser todos para una persona y un persona para todos, la chica quiere ser dos a la vez que trata de ser sólo una, la chica controla el mundo a su alrededor pero no se controla a sí misma...

La chica quiere saber si ser la chica más torpe del mundo es en realidad ser torpe...


o ser real.

jueves, 21 de octubre de 2010

Quebrantación

Era casi tangible, creí que lo único que me separa de todo aquello era un pequeño vidrio de hielo... pero de repente resultó que el vidrio que parecía el de una ventana, era en realidad el de un acuario, muy difícil de romper... quizá ni siquiera era de hielo, como para derretirlo con el escaso calor que quedaba en mí... o quizá simplemente ya estaba demasiado frío como para siquiera poder emanar calor.

Mi mano tocó apenas el vidrio, pensé que así podría quizá dejar de ser un espejismo y convertirce en una realidad, quizá lo que me eparaba de aquello tan preciado no era real, quizá todo era una pesadilla...

Y entonces, cómo por arte de magia, de repente el vidrio empezó a quebrarse, a cuartearse hasta que parecía un rompecabezas. Una sonrisa de esperanza se extendió a los ancho de mis labios, que estaban fríos y secos.

Apenas le di un toque más y todo calló al suelo, de repente se desvaneció todo aquel sueño... no era más que un espejo y del otro lado no había más que vacío.

Me arrepentí.

Al menos antes había tenido esa ilusión, ahora no tenía nada...

Mi pequeña melancolía

Estoy aquí de nuevo... de nuevo desahogando mis pequeñas penas. Sé que mis problemas de adolescente son lo mismo que ahogarse en un vaso de agua, pero me resulta dificil lidiar con los sentimientos propios, viene siendo peor aún si son los de otra persona...

Tengo que admitir que soy egoista, de hecho, por alguna razón no me cuesta trabajo admitirlo, sin embargo, creo que esta vez estoy actuando de la manera menos agoista posible.

¿Qué haces cuando quieres a una persona para ti, un puerto seguro, pero sin nunca llegar a arrivar a ese puerto? ¿Está mal querer poseer las estrellas del cielo sabiendo que jamás las tocarás? Creo que quizá no es comparable... mejor dicho ¿qué haces cuando tu eres la estrella que poseé a un humano, y desea que este la observe, esperando a que algún día la estrella le conseda el deseo de bajar, de ser tocada por el humano, pero sin que la estrella este dispuesta a bajar jamás?

Sí, sigo siendo egoista por como hablo... pero entonces ¿qué tal si la estrella quiere simplemente desaparecer de la vista del humano? ¿qué tal si la estrella sólo quiere que el humano busque algo con más capacidad de cumplir sus deseos? La estrella parece ser genial, pero no lo es... sólo es una insulsa roca sóla en el espacio...

Quizá de todo lo existente, las estrellas son las más solitarias del universo...

lunes, 23 de agosto de 2010

Espacio dedicado a la poesía 2

QUISIERA SER UNA BURBUJA


Burbujas flotando alrededor
Danzando ajenas a cualquier temor
Sin presentar miedo a ser reventadas
De cualquier modo, para eso fueron infladas

Igual que yo, inflada de esperanza
Quisiera ser una burbuja en su danza
No tener miedo, sentir sólo calma
Tener sólo paz dentro de mi alma

Y aunque sí tengo miedo a ser reventada
Como una burbuja, no diré nada
Por el amor que me fue concedido
A pesar de no ser correspondido

Sé que algún día será mi turno
De encontrar aquello que busca el mundo
Mientras sólo seré una burbuja
Esperando a explotar por la punta de una aguja

Todos venimos de las estrellas...

Espacio dedicado a la poesía

Suspención de "Fragmento de nuestra vida..." por un tiempo. Caí en una pequeña depreción de adolescente y me puse a escribir poesía, pero no es nada buena. Me gusta desahogarme con esto, por eso lo escribo...
Aquí uno de mis poemas:

DESILUSIÓN AMOROSA

Una sonrisa, una mirada
En este momento estoy congelada
Pequeños avances que creí ver
Castillos de arena resultaron ser

Falsa realidad, real ilusión
Me arrebata el aliento como un tifón
Querida la vida, querido el anhelo
Pero en este momento me encuentro en el hielo

jueves, 19 de agosto de 2010

Fragmento de nuestra vida... (Martin) 3°continuación

Desperté en el suelo, con Alice entre mis brazos, con su cara de ángel dormido, sus labios entreabiertos a centímetros de mi cara. Acaricié sus labios con uno de mis dedos. Era tan suave... Ella empezó a removerese hasta darme la espalda. Me reí. Era muy inquieta cuando dormía, quizá incluso más que cuando estaba despierta.
Miré la parte trasera de su cuello expuesto y no me resistí. Empecé a besarla con suavidad mientras mis manos recorrían su cuerpo y la apretaba contra mí. Ella pronto despertó y empezó a reír.
-Me haces cosquillas -se quejó dándose la vuelta para encararme y abrazarme el cuello. Me dedicó una sonrisa y me envolvió con el poder de su cálida mirada, la inversa de su "mirada aterradora".
-Perdón por despertarte -me disculpé sin pizca de arrepentimiento.
-Sí, claro... Se ve que estás muy arrepentido -me adivinó.
Me eché a reír y besé sus labios, entonces a mi mente volvió el recuerdo de hacía una hora. Detuve el beso abruptamente y le pregunté:
-¿Estamos casados?
-Ah... sí, al parecer nos casamos anoche o hoy en la madrugada, no estoy segura -se echó a reír y yo con ella. En el fondo no me hacía ninguna gracia, en realidad esperaba que nuestra boda fuera algo muy especial...
-Ya eres Alice Claire Hogan -pronuncié su nuevo nombre legal. Me gustaba demasiado cómo sonaba, tanto que a mi espalda la recorrió un escalofrío.
Ella acarició mi abdomen y mi pecho con una sonrisa, haciendo que a mi piel la recorrieran chispas eléctricas.
-A pesar de tu risa no parece que estés muy feliz... -empezó a decir.
-Te equivocas, no podría estar más feliz -mentí, aunque no del todo. Me hacía infinitamente feliz el hecho de que fuera mi esposa, pero no así de feliz el hecho de que ni siquiera pudiera recordar nuestra boda.
-Martin, te conozco demasiado bien, así que dímelo -dijo, mirándome ahora con seriedad.
-No sé de qué hablas... -no tenía sentido decir nada que lo arruinara. Si ella estaba bien con eso, yo estaba aún mejor.
Me miró con sospecha, entonces sonrió de manera seductora, felina. Se acercó a mí y besó mi cuello. Me puso de espaladas contra el suelo y se montó sobre mí, dejando en mi pecho y mi abdomen un camino de besos. Subió hasta mi cuello otra vez, pasando sus labios por mi barbilla hasta situar sus labios justo en frente de los míos, sin tocarlos, sólo dejando su aliento rozarme con suavidad, volviéndome loco, si es que eso era posible.
Abracé su cintura y giré para situarme sobre ella. Estaba a punto de besarla que puso uno de sus dedos sobre mis labios.
-¿Quieres seguir? -preguntó con voz baja y suave, la que utilizaba para seducirme. Como si le costara mucho trabajo hacerlo... pensé.
Ya sabía por dónde iba la cosa.
-Sí, quiero seguir besándote -dije con voz de niño.
Ella se echó a reír y bajó la guardia, lo que aproveché para adueñarme de sus labios. Ella se dejó llevar por un momento y acarició mi espalda mientras yo presionaba su cuerpo contra el suelo aún más.
Besé su cuello y su pecho, ella aferró mi pelo y me acercó más, con desesperación, pero cuando recuperó la conciencia enseguida me detuvo.
-¿Quieres seguir? -volvió a preguntar, esta vez jadeando.
Me eché a reír.
-Parece que no soy el único que quiere seguir... -susurré en su oido, tentándola.
-Si me contuve por dos años cuando tenía dieciséis, me creo capaz de contenerme ahora, así que es tu decición. Si me dices qué te molesta podemos quedarnos aquí y hacer un par de cosillas pervertidas... -me tentó ella a mí, volteando mi jugada-o puedo salir con las chicas a pasear por Las Vegas. Es tu decición.
Se encogió de hombros mientras que una de sus manos jugaba distraídamente con un mechón de su pelo.
Me devatí internamente. Mordí mis labios mientras la miraba, el objeto de mi deseo. Si le decía posíblemente se deprimiría o desepcionaría, pero si no...
Miré su cuerpo desnudo y una oleada de deseo recorrió mi columna. Era débil, demasiado débil... y también muy egoista, así que se lo iba a decir.
Suspiré derrotado y ella esbozó una sonrisa triunfal.
-¿Sí...? -preguntó acariciando mi mejilla con la mano que previamente jugó con su cabello.
-Me hubiera gustado que nuestra boda fuera más especial, ya sabes, fiesta en grande, toda una ceremonia, pero ni siquiera puedo recordarlo... Eso me decepciona un poco, pero no tiene importancia en realidad, así que olvidémonos de eso...
Besé su hombro y enpecé a subir por un costado de su cuello hasta llegar a sus labios, pero sus ojos ahora estaban tristes.
Lo sabía...
-Lo siento, de verdad no me di cuentade que era tan importante. Ni siquiera recuerdo cómo fué que pasó...
-Alice -la interrumpí-, no tiene importancia, sólo déjalo ir ¿sí?
Negó con la cabeza.
-Volveremos a hacer una boda, esta vez una realmente buena... -empezó a decir, ahora echando su mente a volar, lo podía ver en sus ojos.
-Está bien, por ahora ¿podríamos continuar en dónde nos quedamos? -supliqué.
Se echó a reír y asintió, entonces volví a besarla y ella se abandonó en mis labios...
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Una semana después, ya estábamos en Orlando, instalados en nuestras respectivas casas para pasar las vacaciones con la familia. El plan original era que ella se quedara en la mansión, pero sus abuelos, Claire y Noa, estaban de visita y no lo permitieron, ya que "aún no estábamos casados"... Por supuesto, no se enteraron de nuestra aventura en Las Vegas. Ese era nuestro pequeño secreto, compartido con los chicos... Eso y que Sharon y Vince... Aunque para mala suerte del pobre Vince, lo abandonó excusando que todo había sucedido bajo los efectos del alcohol.
Eran las diez de la noche y conversaba con Sofía sobre su nuevo novio, mi cuñado, una relación que al fin parecía seria, cuando recibí una llamada de Alice, citándome para que pasara por ella, ya que tenía que decirme algo importante. No supe descifrar el tono de su voz ni su estado de ánimo a través de teléfono. Parecía conmocionada, feliz, triste... No lo sabía y me preocupé.
-Sofi, tengo que irme... -me disculpé con mi hermana en cuanto colgué el teléfono.
-¿Tu chica te necesita? -preguntó preocupada.
-Sí, no tengo idea de qué será -dije sin lograr esconder mi preocupación.
Se mordió el labio y me miró aprensiva.
-Suerte -dijo.
-Espero no necesitarla -susurré más para mí mismo que para ella.
Tomé el auto a pesar de que sólo era una cuadra para llegar a casa de Alice. Me sentía ansioso.
Llegué en medio minuto, si no es que menos. Estaba sentada en el escalón que se encontraba en frente de la puerta de su casa, con los codos sobre la rodillas y descansando su cabeza sobre sus manos. Su expresión era serena y distante. Ya conocía esa mirada perdida, ella siempre estaba en su mundo, la mayor parte del tiempo vivía en la luna. Me bajé del auto y me acerqué a ella. El ruido la despertó y se levantó. Me dedicó una sonrisa y me tomó de la mano.
-¿Damos una vuelta? -preguntó. Su voz aún era indescifrable, irreconocible. Sonaba con una emoción distinta a la de la Alice a la que estaba acostumbrado, era lo de siempre, pero nuevo. No supe explicármelo a mí mismo.
Caminamos juntos hasta un parque cercano y nos sentamos en una banca. Dejé al envolvente silencio apoderarse del momento. No era incómodo, los silencios con ella jamás me resultaban incómodos, sin embargo algo seguía estando fuera de lugar.
Al fin tomó aire y me miró a los ojos. Una sonrisa se extendió a lo largo de sus labios mientras una lágrima escapaba de sus oscuros ojos.
Abrí los ojos asustado.
-¿Qué ocurre...? -pregunté con sorpresa mientras la abrazaba. Ella interrumpió mi pregunta con un beso apasionado.
La dejé saborear mis labios a diestra y siniestra y le devolví el beso con ganas, pero aún no sabía lo que estaba pasando.
Se alejó para verme los ojos y vi alegría en su mirada. Mi estómago se llenó de mariposas, pero seguía confundido. ¿Qué ocurría?
-Martin... -al fin habló con voz contenida, emocionada.
-¿Sí? -pregunté al ver que no continuaba.
Suspiró para calmarse y pareció volver a ser la de siempre antes de continuar.
-Estamos embarazados -dijo mordiendo su labio y con una sonrisa que apenas cabía en su pequeña cara.
Me quedé con la boca abierta mientras esas palabras hacían eco en mi cabeza, que de repente parecía totalmente vacía. Estamos embarazados... Vamos a ser papás. Algo mío y de ella, algo nuestro está dentro de su vientre, un pedazo de mí está en ella... Exploté.
La abracé y empecé a llorar de felicidad y a carcajearme.
-No lo puedo creer, Alice, esto es genial -festejé cargándola y dando vueltas con ella en brazos. Ella estaba riéndose, pero entonces recordé al bebé y me detuve. Tenía que ser delicado porque ahora tenía una personita dentro de ella, un bebé mío y de ella ¡nuestro bebé! No cabía en mí de felicidad.
-Vamos a ser papás. ¡Tengo algo tuyo dentro de mí! -festejó brincando por el parque sin ningún rumbo, tomada de mi mano.
-¿Quién más lo sabe? -pregunté esperando ser el único.
-Sólo tú y yo. Imagínate si lo supieran los abuelos. Personalemte pienso que sería mejor si lo mantenemos en secreto hasta casarnos "oficialmente".
-Estoy de acuerdo. ¿Cuánto tiempo tenemos de estar embarazados?
-Dos meses y medio aproximadamente. No lo puedo creer. ¿Cómo le pondremos? Si es niño tiene que llamarse como tú, amor. ¡Ah, estoy tan emocionada!
La abracé y besé su mejilla.
-Yo también lo estoy. Si fuera niña quisiera que fuera idéntica a ti...
Se echó a reír y besó mis labios, entonces empezó a dar vueltas en el parque.
Recordé que hacía algunos meses le había comprado un anillo de compromiso que le iba a entregar al egresar de la universidad, pero me pareció un muy buen momento así que...
-Alice -dije, tomándola de la mano mientras me arrodillaba en el suelo humedo por la lluvia que había caído hacía una hora aproximadamente-, ya te he pedido esto mucha veces, así que supongo que ya no debe ser nada emocionante, pero esta vez de verdad es para casarnos, no sólo como un compromiso entre tú y yo, sino para all fin mostrarnos como marido y mujer ante el mundo, para unirnos y... bueno, supongo que estoy siendo demasiado cursi pero ¿Quieres casarte conmigo? -pregunté al fin.
Ella se arrodilló en frente de mí y me abrazó fuerte.
-Sí quiero -dijo con voz quebrada.
Y en esa fracción perfecta de felicidad infinita, me hubiera gustado quedarme por el resto de la eternidad, sólo ella, yo y nuestro pequeño bebé, producto de nuestro amor... Le puse el anillo y suspiré satisfecho.
-Entonces en dos meses estaremos casados -dije emocionado, precipitando mis pensamientos a todo lo que se avecinaba.
Mi ángel se echó a reír y me tomó de la mano.
-Sí, sí, sí... pero por el momento quiero pensar en nuestro bebé -dijo acariciando su vientre plano y mirando a la nada con una sonrisa perfecta y hermosa.
Nos quedamos en silencio cada quien en nuestro mundo perfecto, que posiblemente era el mismo para ambos. Lo mejor de todo, lo que más saboreé del momento fue el saber que pronto estaría rodeado por la felicidad de ese mundo perfecto, nuestro mundo...
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Fin de "Frangmento de nuestra vida..."

lunes, 2 de agosto de 2010

Fragmento de nuestra vida... (Alice) 2°continuación

Al bajar del taxi, Rachel me miró con complicidad.
-Ten un poco de paciencia -le dije mientras caminábamos para reunirnos con los chicos-. Tenemos que estar solas para que te de los detalles.
-¿Cómo vamos a estar solas si ese chico guapo que te espera allá nunca te deja un minuto? -preguntó, señalando a Martin parado junto al taxi con nuestras maletas encima, ya caminando hacia mí.
-Haremos nuestra escapada mañana en la noche. Lo prometo -le dije.
-¿Qué escapada? -preguntó.
-Rachel quiere pasar un tiempo de amigas conmigo. Dice que me acaparas -le dije frunciendo los labios.
-Tiempo de amigas ¿eh? -dijo pensativo-. Está bien, pero podrían hacerlo temprano si quieren, no tiene por qué ser en la noche...
Sonreí y miré a Rachel.
-¿Lo ves? Él entiende que también necesito estar con mi mejor amiga, así que no tienes porque desesperarte -le dije guiñando un ojo.
Rachel lo miró un momento, como descifrando algo, después sonrió. Yo conocía esa sonrisa suya, la que hacía cuando descubría algo. Lo pensé un segundo pero no hallé nada extraordinario en la situación.
-¿Sabes, Al? Realmente tengo ganas de salir contigo en la noche -me dijo con su voz de hablar en serio-. Las Vegas se vive de noche y hace tiempo que no tenemos diversión de amigas.
Asentí mientras caminábamos hasta el lobby del hotel Caesar Palace.
-Pero Las Vegas de noche es algo peligrosa -dijo Martin-. Me gustaría de verdad que salieran de día.
-Pero lo divertido pasa de noche -replicó Rachel.
-Lo divertido y peligroso. Insisto de verdad en que salgan de día -dijo.
-Martin, sabremos cuidarnos. No hay de qué preocuparse -le dije, dándole un ligero beso en los labios.
Frunció la boca contrariado.
-Casi no te gusta desvelarte... -me dijo con preocupación.
-Son vacaciones, así que me puedo parar tan tarde como sea -dije encogiendo los hombros.
Asintió con gesto de derrota y después habló con la encargada de la recepción.
Pidió dos cuartos separados para los chicos y las chicas, además de uno extra para él y para mí.
-Entonces saldremos mañana en la noche ¿sí? -se aseguró Rachel.
-Tú y yo solas -confirmé-. Hoy estaremos todos juntos hasta que la batería esté totalmente agotada.
Rachel se echó a reír y se fue a su cuarto compartido con las chicas, mientras que yo me fui con Martin.
-Estoy entusiasmada. Jamás había venido a Las Vegas -dije dando brincos mientras esperaba a que abriera nuestra habitación.
-Será genial. En la noche hacemos apuestas en algún casino ¿te gustaría? -preguntó con una sonrisa de oreja a oreja.
-Suena emocionante -dije entrando a la lujosa habitación hasta llegar a la cama y dejándome caer de espaldas sobre el suave colchón.
Martin dejó las maletas en el suelo y después dejó caer junto a mí. Me miró sonriente y después acarició mi rostro con su mano.
-¿Qué quieres hacer por el momento, antes de que salgamos todos en grupo? -preguntó con expectación.
Lo pensé un segundo con la mirada perdida en algún lugar del techo, pero no tuve que pensar demasiado, ya que mi estómago rugió de forma casi instantánea.
-Comer -le respondí.
Sonrió y se levantó de la cama, después me tendió la mano y salimos de la habitación.
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Una vez fuera de la habitación me distraje con las chicas y no volvimos al cuarto hasta que fueron las nueve de la noche, sólo para vestirnos y salir.
-Ey... -me llamó Martin mientras buscaba en mi maleta algo para ponerme.
-¿Sí? -le contesté distraidamente, sin mirarlo.
-Compré esto para ti hace un tiempo... bueno, en realidad lo compró Sofía, pero yo le pedí que lo hiciera, así que... ¿no te gustaría usarlo esta noche? -preguntó, algo sonrojado.
Miré lo que tenía en las manos. Un vestido blanco, corto, strapless y de tela brillante como el satín.
-Es la talla más pequeña que había en la tienda, según Sofía, así que no creo que se caiga de su sitio...
-No tenías que comprarme nada -le dije ruborizada.
-Es un obsequio. Si no te gusta, está bien -dijo, encogiendo los hombros y sin rastro de disgusto en el rostro.
-No, es precioso, pero yo no tengo nada para ti, nunca tengo nada para ti -dije, echándome a reír.
-Tu sola presencia en mi vida es más que suficiente -dijo, dejando el vestido sobre la cama y acercándose a mí para besarme.
-Gracias -dije con un suspiro. Tomé el vestido y me metí al baño.
-¿No te gustaría bañarte conmigo otra vez? -bromeó.
Me eché a reír.
-Para nuestra gran suerte, ya no hay prisa, así que no tenemos por qué bañarnos juntos -dije, enseñándole la lengua.
-Precisamente a eso me refiero. Si no hay prisa... -dejó la frase inconclusa.
Negué con la cabeza mientras me reía y cerré la puerta del baño.
El vestido, para mi gran sorpresa me quedó perfecto. Ajustado, como debía estar.
Nos encontramos con los chicos en el lobby del hotel, de ahí salimos todos a aventurarnos por los casinos y bares. En algún momento de mis recuerdos, entre apuestas, risas y muchísimas copas, me pierdo y no recuerdo más que los brazos de Martin en mi cintura, estrujándome contra él, sus labios sobre los míos y el taxista desesperado, pidiendo la dirección de nuestra siguiente parada.
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A la mañana siguiente desperté en el cuarto del hotel, con un dolor de cabeza tremendo, aliento a alcohol y sin recordar casi nada. Martin estaba a mi lado. Me giré en la cama y escuché el sonido de un papel arrugarse. Me levanté con cuidado, ya que sentía que mi cabeza era una bomba a punto de explotar.
Encontré al causante del ruido y lo tomé para leerlo. Era un certificado de matrimonio que nos declaraba a Martin y a mí marido y mujer, y a Rachel y Carlos como testigos de la boda.
El aturdimiento me hizo echarme a reír como drogada. Me dejé caer de nuevo en la cama junto a Martin y me pregunté si el sabría que nos habíamos casado. Estaba dándome la espalda, con sus extremidades desparramadas sobre la cama.
Lo abracé e instantáneamente se giró y me envolvió entre sus brazos, aunque aún estaba dormido.
-Martin -lo llamé con suavidad. Mi voz se escuchaba extraña, como si arrastrara las palabras. Probablemente se debía a que en ese momento todo me provocaba una inmensa pereza. No respondió-. Martin -volví a llamar con más urgencia en la voz.
-¿Qué? -preguntó con voz pastosa y un suspiro.
Me eché a reír otra vez, pensando en lo que estaba a punto de decirle. Abrió los ojos y me miró desconcertado.
-¿Qué pasa? -preguntó un poco más consiente, aunque arrastrando las palabras del mismo modo en que yo lo hacía-. Me duele la cabeza... -se quejó distraidamente.
Me volví a reír.
-Ya somos dos -dije.
-¿Qué ocurre? ¿Qué es tan gracioso? -preguntó, empezando a contagiarse de mi risa.
-Estamos casados -le dije, mostrándole el papel, muerta de risa.
Me giré en medio mis carcajadas y me caí de la cama.
-¡Alice! -gritó preocupado, pero cuando me vio tirada en el suelo se echó a reír también, después, a rastras, se bajó de la cama y se tiró junto a mí.
-Y yo que pensé que sería especial -dije, aún sin parar de reír.
-Ya somos dos -dijo, riendo conmigo.
Jaló la sábana de la cama, tirando las almohadas y todo lo que había sobre ella. Nos tapó y puso una almohada debajo de mi cabeza. Él también tomó una y después me abrazó, cerrando los ojos.
-¿Recuerdas algo de anoche? -le pregunté un segundo después.
Abrió los ojos una vez más y sonrió.
-Nada, pero es evidente que hicimos de las nuestras. Que lastima no recordarlo -dijo, pegándome a él un poco más.
-¿Tienes idea de dónde quedó mi vestido blanco? -pregunté, riendo.
Negó con la cabeza y miró alrededor, hacia la parte de la habitación que la cama no escondía. Señaló el sofá.
-Creo que está ahí ¿no?
Miré donde señalaba y vi que también estaba ahí toda mi ropa interior y mis zapatillas.
-Sí, creo que ahí empezó todo -dije, ruborizándome. Dejé caer mi cabeza sobre la almohada y cerré los ojos-. ¿Podemos dormir un rato o tenemos que ir a alguna parte?
-Hoy sí podemos dormir por el momento -dijo con un bostezo. Lo abracé y dejé ir mi conciencia en su respiración y sus brazos alrededor de mi cintura-. De cualquier modo en las noches no te dejaré dormir, sólo te lo advierto...
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Continuará...

sábado, 31 de julio de 2010

Fragmento de nuestra vida... (Martin) 1°continuación

-Lo admito... -dijo ruborizándose.

Me reí suavemente y ella se durmió casi instanteneamente. Yo también bostecé, pero no estaba tan cansado como para dormir. La observaría durante el viaje y velaría por su sueño. A veces, al verla dormir, me preguntaba sino sería ella algo más. Tanta belleza era inhumana, más digna de un ángel que de una mujer común y corriente. Besé su frente y acaricié su mejilla. Ella suspiró entre sueños y me apretó un poco más entre sus brazos.

-Que suertuda es ella -dijo la voz de Sharon en un susurro apenas.

-El suertudo es él -dijo Rachel codeándole las costillas.

Me reí.

-Me refería a que es suertuda, no por tenerlo a él, sino por ser tan bella. ¿Su madre también es tan bonita? -preguntó intrigada.

-Es muy linda, pero ella se parece más a su padre, según tengo entendido -respondí, volviendo a mirarla. Sus ojos cerrados le hacían verse más como una niña que como una mujer, aunque su cuerpo desengañaba la vista.

-¿No tubiste mucha competencia cuando apenas la conociste? -preguntó Sharon.

-Demasiada -respondió Natalie, entornando los ojos y después mirando a Sharon, saliendo del transe en el que la tenía su libro-. Toda la escuela estaba detrás de ella.

Sharon me miró con duda y asentí.

-Era la más popular en la escuela y fuera de la escuela. A pesar de eso nunca ha tenido una actitud diferente, muy por el contrario, no se creía bonita -dije, encogiendo los hombros y remontandome a los recuerdos de nuestras primeras citas, en las que casi la obligaba a salir conmigo por medio de chantajes.

Sharon se echó a reír.

-¿O sea que no estaba consciente de lo hermosa que es?

Negué con la cabeza.

-Irónico ¿verdad? -dije.

-Yo sé la razón de por qué no lo creía -dijo Rachel, mirando a Alice con una sonrisa maternal.

-Porque los muchachos "no le hacían caso" -dije.

-O eso pensábamos -dijo Rachel-. Siempre ha sido igual de bonita, solo que en secundaria los chicos se intimidaban demasiado como para hablarle o pedirle una cita. Fingían ignorarla o simplemente la molestaban como niños pequeños. Una vez incluso rechazó la cita del chico más popular de la escuela porque pensó que podía ser una broma pesada, así que terminó llendo al baile con mi hermano.

-Ese estúpido -refunfuñé en voz muy baja. Sharon pareció darse cuenta.

-¿Hubo algo con su hermano? -preguntó señalando a Rachel.

Suspiré.

-Prefiero no hablar de eso...

-Como quieras -dijo con una sonrisa, luego se giró hacia Rachel-. ¿Tú me puedes decir?

Rachel se echó a reír y asintió. Rechiné los dientes un poco, pero ignoré el gesto de Sharon y me concentré en el rostro de mi ángel dormido mientras escuchaba a Rachel contarle a Sharon la corta historia de romance entre su hermano y mi novia.

-Mi hermano siempre había estado enamorado de Alice, desde que estábamos en primaria, pero como todos los chicos, no se atrevía a acercarse a ella más que por medio de mí. Se aprovechaba de que desde que nos conocimos, nos volvimos mejores amigas. Ella se llevaba muy bien con él, sin embargo nunca le gustó.

>Cuando al fin alguien se atrevió a declararle su amor a Alice -me señaló y Sharon me miró sorprendida. Sonreí con orgullo-, ella al principio lo rechazó pero después se volvieron novios y cuando mi hermano se enteró se dio cuenta de que era ahora o nunca, así que le dijo y luchó por ella hasta que este tonto en un arranque de celos la mandó directo a sus brazos. Como puedes ver, Alice volvió con Martin porque se dio cuenta de que no podía vivir sin él. Simplemente son el uno para el otro... ¿Sabías que ambos nacieron el cinco de septiembre?

-A eso se le llama destino -dijo Sharon, observando a Alice pensativa.

-¿Y ese ha sido el único novio que ha tenido aparte de ti?

Me encogí de hombros.

-Como tú dijiste, supongo que estábamos predestinados -le respondí, después sonreí-. Será divertido estar juntos en Las Vegas.

Lo siento amor, pero ahora que son vacaciones no te voy a dejar dormir... pensé con picardía, besando sus labios inertes mientras dormía...

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Alice durmió durante todo el viaje y mientras yo sólo escuché la conversación de los chicos haciendo planes para nuestra estancia de tres días. Yo no dije nada, ya que mis planes serían los de ella. Me gustaba más mi vida desde que estábamos en la universidad, ya que ahora no pasábamos las noches separados, cada uno en casa de nuestros respectivos padres.

Cuando el avión aterrizó no quería despertarla. Sharon me miró levantando una ceja al ver mi cara de duda y, al comprender, entornó los ojos.

-¿Piensas cargarla? -preguntó.

-Es que no ha dormido bien últimamente por mi culpa -dije avergonzado pero con tono duro para no dejar ver ningún doble sentido.

-Dejen de perder el tiempo -dijo Irving, entonces se abrió paso y le tocó el hombro. Suspiré, pero supuse que era una locura querer cargarla hasta el taxi.

Alice abrió los ojos sorprendida y se estiró. Sentí frío cuando se separó de mí, ya que mi piel se había acostumbrado al calor de su cuerpo durante todo el viaje.

-¿Ya llegamos? -preguntó con un bostezo.

-Sí -le respondí.

-¿Qué hora es? -preguntó confundida una vez que estuvimos fuera del aeropuerto, buscando un par de taxis.

-Las once de la mañana -le respondió Rachel-. En el avión no te quedaste dormida, practicamente te moriste ¿a caso no duermes bien?

Vi como se ruborizaba y me miraba con complicidad.

-Duermo perfectamente, pero tú sabes que en vacaciones siempre me da sueño durante el día -replicó, mintiendo con perfección. Como mentirosa de verdad que siempre había sido una artista, pero a Rachel no la podía engañar, ya que la conocía como la palma de su mano, incluso mejor de lo que la conocía yo.

-Claro, claro -dijo Rache, mirándola con ojos entrecerrados. Alice le lanzó una mirada acecina y Rachel le guiñó un ojo. Me eché a reír mientras veía como Rachel, en señas, le pedía detalles. Alice, creyendo que no la miraba sonrió de forma soñadora y asintió con energía. Miré hacia otro lado, ocultando mi sonrisa y sintiéndome con el ego por las nubes.

Alice, Rachel, Sharon y Natalie se subieron a un taxi, mientras que Carlos, Irving, Vince, Terry y yo, nos fuimos en el que las seguía.

Cuando subimos al taxi hubo silencio, en el cual sentí como si hubiera un complot contra mí. Los miré con sospecha y me dedicaron una sonrisa pícara, después Carlos, que iba sentado junto a mí, me codeó las costillas.

-Sabemos lo que hiciste anoche -me acusó.

-¿Nos lo dirás por la buenas o por las mala? -ofreció Vince.

No pude evitar la sonrisa que se escapó de mi boca, que me delataba por completo.

Los chicos empezaron a reírse y a hacer un alboroto.

-¿Es tan inocente como parece o es totalmente caliente? -preguntó Terry, con expectación.

Me sentí irritado, ya que no me gustaba hablar así de ella.

-No diré nada el lo absoluto -sentencié.

-¡Oh! -gritaron con decepción.

-Seguro ella le viene contando los "detalles sucios" a las chicas en el taxi. Vamos, hermano -rogó Irving.

-El señor tiene razón, las mujeres siempre hablan de eso. Lo sé porque a veces hablan en el taxi mientras condusco. Las damas lo cuentan todo -dijo el taxista, dándole la razón a Irving.

-¿Lo ves? -dijo Carlos.

-No me importa -dije encogiendo los hombros. De cualquier modo sabía que le iba a contar a Rachel, pero yo era un caballero, sobre todo con ella, que era lo que más amaba, más que a mi propia vida.

-Agua fiestas -se quejó Terry.

-Me lo dirás a mí ¿verdad? -pidió Carlos en voz baja, sin que los chicos se dieran cuenta. Lo pensé un momento. Carlos era mi mejor amigo, lo había demostrado millones de veces, pero Alice era mi ángel.

Negué con la cabeza y el suspiró, pero se echó a reír.

-De cualquier modo puedo imaginarlo. Debe ser súper caliente -comentó, esta vez para que todos escucharan.

Empezaron a hablar de cómo podía ser ella en la cama. Rechiné los dientes pero soporté, ya que, de cualquier manera, sólo podían divagar, como yo cuando ella era inalcanzable hasta para mí...

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Continuará...

jueves, 29 de julio de 2010

Fragmento de nuestra vida... (Alice)

-Despierta, dormilona... -susurró su voz en mi oído con dulzura y calidez.
Gemí y me tape la cara con la sábana. Se echó a reír y me abrazó.
-¿No quieres ir a Las Vegas? -preguntó con sus labios sobré mi oído, recorriendo la curva debajo de él, por mi mandíbula hasta llegar a mis labios. Acarició mi piel desnuda desde mi hombro hasta mis muslos. Un escalofrío eléctrico acompañó a su mano, al igual que las mariposas que siempre flotaban en mi vientre.
Suspiré y abracé su torso, pegándome a él lo más posible.
-Tengo ganas de quedarme un rato aquí... -murmuré con un bostezo.
-Hum... Tú siempre despiertas antes que yo cuando estamos en clases y ahora que son vacaciones me abandonas -se quejó.
-Tú quisiste desvelarte -respondí, girándome para abrazar una almohada, ocultando mi evidente rubor.
Se echó reír y me abrazó por detrás. Mi piel se erizó cuando me estrechó contra él.
-No puedo evitarlo todas las noches. Lo siento -dijo besando mi cuello.
-Discúlpate cuando despierte -repliqué, cerrando mis ojos y dejándome envolver por la oscuridad de mis párpados una vez más. Él suspiró pero se quedó conmigo en la cama, aún abrazándome.
Repentinamente nos sobresaltaron tres golpes insistentes en la puerta. Rechiné los dientes imaginándome quien podía ser.
Respiró profundo y se levantó de la cama. Se puso el boxer, me tapó bien con la sábana y después abrió.
-Hola, hola -dijo animosamente la voz de Carlos, que en compañía de Rachel, Irving, Natalie, Sharon, Vince y Terry, se adentró en la habitación sin permiso.
-Se ve que se divirtieron anoche -dijo Terry levantando las cejas de forma pícara.
-¿Quién dijo que podían entrar? - preguntó Martin, algo molesto. Se interpuso entre mi vista y los chicos.
-Venimos a buscarlos porque ya solo falta una hora y media para tomar el avión -dijo Irving señalándo el reloj de su muñeca.
-Estaremos listos pronto -dije entornando los ojos y volviendo a acostarme.
-Claro -dijo Vince codeándole las costillas a Terry-, más bien parece que tenían un plan más antes de vestirse ¿no lo crees también, Terry?
Se echaron a reír.
-Si así es, no les incumbe, par de pervertidos -dijo Rachel regañándolos. Los empujó y vi como empezaban a salir de la habitación a trompicones-. Vámonos. Perdón por la intromisión, nos vemos abajo en cuarenta minutos. No lleguen tarde, si no nos vamos sin ustedes.
La puerta se cerró y yo me giré para ver a Martin, quien me miró y sonrió.
-¿Y si concideramos los planes extra que Vince tenía en mente? -preguntó.
Me mordí el labio y vi el reloj.
-No creo que haya tiempo. Creo que es hora de tomar un baño -dije con un suspiro, levantándome de la cama y poniéndome su blusa, que me servía de bata.
Me miró de arriba abajo con fuego en los ojos.
-¿Alguna vez te he dicho lo mucho que me gusta como se te ven mis blusas? - preguntó con voz contenida.
-Creo que sólo una... o dos millones de veces -dije finjiendo estar concentrada en recordar algo vago.
Se echó a reír.
-¿Ya están hechas tus maletas? -le pregunté. Asintió.
-¿Las tuyas?
-Igual.
-Entonces... ¿al baño?
Me encogí de hombros con una sonrisa avergonzada. Definitivamente no me había acostumbrado a estar con él en todo sentido. A pesar del tiempo, siempre me seguía pareciendo emocionante y eso me gustaba.
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Al salir del baño ya íbamos tarde a encontrarnos con los chicos.
-Bañarnos juntos es una gran distracción -le dije apurada-. ¿Crees que en realidad se vayan sin nosotros?
-No, tomando en cuenta que el de la tarjeta de crédito soy yo -dijo con media sonrisa y mirada de poder.
Me eché a reír.
-Al fin llegan -dijo Sharon con las manos sobre la cadera.
-Lo sentimos, el agua tardó en calentar -mentí, muy convincentemente.
-Yo creo que más bien lo caliente era otra cosa -dijo Terry y después se echó a reír, siendo coreado por Vince.
Rachel le pegó en la nuca.
-Imbéciles -dijo Sharon entornando los ojos.
-No insultes a tu futuro esposo, querida -dijo Vince acercándose a ella y rodeando su cintura con el brazo.
-Sólo en tus sueños me casaría contigo -dijo Sharon alejándose de él.
-¿Quién sabe? Lo que pasa en Las Vegas siempre es una sorpresa -dijo Vince con su voz de conquistador.
-Lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas -respondió ella con sarcasmo.
Todos nos echamos a reír.
-Hay que darnos prisa ya, o llegaremos tarde al aeropuerto -dijo Rachel mirando el reloj de la muñeca de Irnving.
Nos fuimos en la van de Terry porque era el auto más grande, pero era tan vieja que no lograba entender como aún seguía andando.
Martin nos había conseguido asiento en primera clase a todos, menos a Terry y Vince. Los tomó totalmente por sorpresa al subir al avión.
-Esto es una injusticia, Martin -dijo Terry-. Presté mi camioneta.
Martin se encogió de hombros.
-Tal vez deberían considerar ser un poco más agradables en sus comentarios a la próxima. Ciao... -dijo Martin, acomodándose junto a mí y rodeándome los hombros con su brazo.
-Los escolto a la clase turista, caballeros -dijo la azafata, claramente irritada.
Vince la miró de arriba abajó y silbó.
-Contigo voy hasta el infierno -dijo dejándose escoltar.
Vi como la mujer entornaba los ojos y negaba con la cabeza antes de irse.
Bostecé una vez que el avión estabilizó el vuelo. Martin besó mi mejilla y me acurrucó sobre su pecho.
-Creo que ahora si podrías recuperar el sueño perdido anoche -recomendó con una sonrisa-, aunque la verdad tienes que admitir que tenemos una forma demasiado buena de no dormir.
Me ruboricé y cerré los ojos.
-Lo admito...
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Continuará...