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lunes, 22 de noviembre de 2010

Ira

Raras son las veces que en verdad me enojo. Hoy, desperté en la tarde y busqué algo que quería en mi cuarto. Todo estaba ordenado y diferente a como yo lo tenía. Me puse furiosa... pero, me refiero a de verdad furiosa. Por fortuna estaba sola, no había nadie en casa, porque pude haber dicho palabras muy hirientes... Y me siento estúpida... ¿Cómo me enojo tan terriblemente por algo así?

Fue horrible, sentí que se me iba a salir el corazón del pecho en cualquier momento. Primero busqué mis lentes, los cuales no estaban por ningún lado (aunque esos no los encontré debido a mi despiste y no a que alguien los hubiera tomado -¿quién necesitaría unos lentes de 2.5 de graduación de miope y cómo para qué?-), después me rendí con mis lentes, ya que me era imposible encontrarlos sin lentes (irónico, lo sé). Me acerqué a mi mueble-cama (tengo dos camas individuales en mi cuarto, en una duermo yo y la otra me sirve de mueble, practicamente). Sólo había una pequeña pila de libro muy ordenadamente colocado en medio de mi mueble cama. ¡Una pequeña pila de libros! Cuando en realidad mi mueble cama está rebosando de ropa entre limpia y sucia, libros por todas partes, bolsas, lapices, peluches, mis dos laptos, charolas de comida vacías, uno que otro maquillaje, etc... En ese momento me posey+o el demonio y comencé a buscar como loca las cosas en mi habitación. ¡Entre todo ese desmadre había cosas importantes, entre ella un libro prestado! Ese libro sigo sin encontrarlo, de hecho, pero poco a poco fueron apareciendo mis cosas, y mientras más recordaba que algo hacía falta, más me enojaba yo. Repito, al menos estaba sola, porque posiblemente le hubiera gritado feo al responzable...

Le llamé a mi madre, para preguntarl equién había sido; fue ella. Y le dije, de la manera menos terrible que pude estando furiosa como estaba, estas exactas palabras: "Jamás, jamás, jamás vuelvas a organizar mis cosas, porque todo lo arruinas. No se te vuleva a ocurrir arreglar mis cosas ¿me entiendes?".

Ella sólo me dijo "ok", repetí lo que ella dijo y corté la comunicación. El tono de su voz fue bastante sumiso, para ser mi madre. Supongo que a veces sí doy miedo. Aún así, volviendo al tema de mi fueria, no sé si fue maravilloso o terrible. Pocas veces son las que me enojo así: aventé las almohadas, pateé las sillas, golpeé la cama con los puños (creo que me lastimé), mi respiración y mi ritmo cardiaco se agitaron... No sé si fue bueno o malo, pero lo que sí sé es que fue fascinante.

Eso es todo, tenía que sacarlo rápido y en mi diario las cosas son lentas y pausadas... Eso es todo.

4 comentarios:

  1. Interesante, creo que te estoy contagiando algo porque cuando me enojo eso suelo hacer, gritar en mi habitacion y patearlo todo, golpeo las paredes (de hecho habia un agujero en mi pared por eso, pero ya lo cubrí con un cuadro)...
    En mi opinion la ira solo es mala si es utilizada de mala manera y a mi por alguna extraña razon gritar y golpear me relaja mas que cualquier ho´oponopono

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  2. Me enojé mucho... no sé tú, pero a mí casi nunca me pasa

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  3. a mi me pasa casi una vez por semana, de hecho hoy en dia me costaria definirlo, no estoy seguro si es una terapia, una adiccion o una costumbre

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  4. todo el mundo d repente se enoja por algo... es una forma de desahogarse
    a mi tambien me pasa seguido

    cristian

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