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martes, 30 de noviembre de 2010

Lo que pasa por mí, lo que pasa por algo, lo que pasa tarde o temprano...

La vida es una improvisación... ¡cuántas veces he escuchado esa frase! Sí, lo es, pero hay cosas en la vida que al parecer siempre tienen que pasar.

A veces, me he preguntado millones y millones de veces, algunas cosas sobre ciertas situaciones... por ejemplo, cuando aún no había recibido mi primer beso... me pasaba el tiempo preguntándome, cuando las personas al rededor hablaban del tema, cuándo sería mi turno de besar o ser besada...

El tiempo y la vida, a lo largo de mis pocos años humanos, me han ido mostrando que todo tiene su lugar y su tiempo, me han mostrado que, aunque el mundo y nosotros pensemos que el tiempo se adelantó o el tiempo se atrasa, en realidad, el tiempo siempre será correcto, porque son cosas que aunque están bajo nuestro relativo control, en realidad no lo están. Sueno como si creyera en dios, pero no, no creo en ningún dios... Creo en una fuerza superior, pero no le veo cara ni niombre, sólo creo o me reconforto en pensar en que todo lo que pasa, pasa por algo y en que todo, aunque no lo parezca, está bien... Quizá piensen y digan que estoy loca (no sería la primera vez), pero me gusta creerlo... ¿Por qué? Bueno, por otro lado siento que es una excusa para las personas irresponsables como yo... nuestro lema "Las cosas pasan por algo". Eso nos quita un peso de nuestro errores, pensamos que tenían que suceder o al menos eso decimos...

Así que en realidad soy dueña de mi destino, y las cosas que pasan o no pasan son mi total responsabilidad... pero entonces ¿qué pasa con el poder superior? ¿No será entonces sólo la naturaleza y nosotros lo que hace que las cosas pasen o no pasen?

Estoy confundida y me gusta y al mismo tiempo no me gusta pensar en esto. Por un lado siento que pensando llegaré a una conclusión, mientras que por otro siento que mientras más piense en esto más se fragmentará en diferentes teorías y caminos. Al final, creo he llegado a una semi-conclusión, aunque en realidad no sepa si las cosas pasan por algo o si yo hago que las cosas pasen.

Mi conclusión es que hay cosas que pasan por algo y hay cosas que tú haces que pasen, pero también hay cosas que, ya se que tengan que pasar o que tú crees, siempre pasan, una de ellas la muerte.

Así que, para terminar, la conclusión es:

"Hay cosas que creas y cosas que por algo se crean, pero de cualquiera de las dos formas, hay cosas inevitables"

lunes, 22 de noviembre de 2010

Ira

Raras son las veces que en verdad me enojo. Hoy, desperté en la tarde y busqué algo que quería en mi cuarto. Todo estaba ordenado y diferente a como yo lo tenía. Me puse furiosa... pero, me refiero a de verdad furiosa. Por fortuna estaba sola, no había nadie en casa, porque pude haber dicho palabras muy hirientes... Y me siento estúpida... ¿Cómo me enojo tan terriblemente por algo así?

Fue horrible, sentí que se me iba a salir el corazón del pecho en cualquier momento. Primero busqué mis lentes, los cuales no estaban por ningún lado (aunque esos no los encontré debido a mi despiste y no a que alguien los hubiera tomado -¿quién necesitaría unos lentes de 2.5 de graduación de miope y cómo para qué?-), después me rendí con mis lentes, ya que me era imposible encontrarlos sin lentes (irónico, lo sé). Me acerqué a mi mueble-cama (tengo dos camas individuales en mi cuarto, en una duermo yo y la otra me sirve de mueble, practicamente). Sólo había una pequeña pila de libro muy ordenadamente colocado en medio de mi mueble cama. ¡Una pequeña pila de libros! Cuando en realidad mi mueble cama está rebosando de ropa entre limpia y sucia, libros por todas partes, bolsas, lapices, peluches, mis dos laptos, charolas de comida vacías, uno que otro maquillaje, etc... En ese momento me posey+o el demonio y comencé a buscar como loca las cosas en mi habitación. ¡Entre todo ese desmadre había cosas importantes, entre ella un libro prestado! Ese libro sigo sin encontrarlo, de hecho, pero poco a poco fueron apareciendo mis cosas, y mientras más recordaba que algo hacía falta, más me enojaba yo. Repito, al menos estaba sola, porque posiblemente le hubiera gritado feo al responzable...

Le llamé a mi madre, para preguntarl equién había sido; fue ella. Y le dije, de la manera menos terrible que pude estando furiosa como estaba, estas exactas palabras: "Jamás, jamás, jamás vuelvas a organizar mis cosas, porque todo lo arruinas. No se te vuleva a ocurrir arreglar mis cosas ¿me entiendes?".

Ella sólo me dijo "ok", repetí lo que ella dijo y corté la comunicación. El tono de su voz fue bastante sumiso, para ser mi madre. Supongo que a veces sí doy miedo. Aún así, volviendo al tema de mi fueria, no sé si fue maravilloso o terrible. Pocas veces son las que me enojo así: aventé las almohadas, pateé las sillas, golpeé la cama con los puños (creo que me lastimé), mi respiración y mi ritmo cardiaco se agitaron... No sé si fue bueno o malo, pero lo que sí sé es que fue fascinante.

Eso es todo, tenía que sacarlo rápido y en mi diario las cosas son lentas y pausadas... Eso es todo.

jueves, 18 de noviembre de 2010

:D

¡Ya tengo un diario nuevo! Por lo cual ya no tengo necesidad de hacer esto, así que volveré a mis viejas entradas, pero en cuanto algo se me ocurra, ultimamente sólo he escrito acerca de mi vida así que no sé por donde empezar a crear de nuevo... en fin, eso es todo. Por el momento tengo ganas de... compartir mis 15/5. Creo que sería bueno, pero por otro lado por el momento no tengo muchas ganas... ah, no, creo que no es el momento, tengo algo de sueño y no he hecho mi tarea, así que otro día será...

Creo que no puedo dejar de hablar aquí como si fuera mi diario... ¡Eso es algo un poco frustrante! En fin... viviré.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Dulce imaginación

Mi mundo es grande y feliz, en mi mundo existe todo aquello que quiero que exista porque yo lo controlo todo. Aquí, en el lugar de mi Dulce imaginación, todo lo que quiero que ocurra ocurre, y todo lo que quiero que exista existe, sin embargo, entre la Dulce imaginación y la realidad existe una ancha y oscura brecha, que sólo puede ser traspasada por los inventores y científicos (y no todos lo logran).

Los que no logramos cruzar esa brecha, a pesar del gran esfuerzo que invertimos, empezamos a confundir la Dulce imaginación con la realidad. Me gusta la sensación confusa, despierto de mis sueños pensando en que fue realidad y a veces los confundo con mis recuerdos, los que sí ocurrieron. Pero a veces es molesta la Dulce imaginación, cuando ella te controla y no tú a ella. Te atrapa, te hace delirar, acaba con lo más preciado de tu alma, aquello que tratas de conservar lúcido...

Siempre es tarde, en mi Dulce imaginación, para rescatar aquello que guardo con tanto esmero, que después de reconstruirlo, vuelve a quebrarse con facilidad.

Se renueva para mal.

martes, 9 de noviembre de 2010

Ya no sé cual es el punto (literal)

Creo que todo empieza por aceptar una verdad, un hecho. A veces también me pregunto ¿la verdad no es a caso subjetiva igual que todo lo demás? No, quizá me equivoco. La verdad no puede ser subjetiva, porque sino no sería verdad, creo que estoy cionfundiendo la verdad con los sentimientos.

No recuerdo dónde, pero una vez leí que los sentimientos eran algo que no era necesario. No sé qué pensar al respecto. A veces parece que son necesarios y a veces no. ¿Será que sin sentimientos no hay humanidad? Me lo sigo preguntando al mismo tiempo que me gustaría saber que se siente el no tener sentimientos, lo cual es una paradoja, porque si no tuviera sentimientos entonces simplemente no sentiría nada.

Hay algo que no me pregunto, sino que más bien sé. Sé que hay vida en algún otro lugar del uiverso, me parece imposible que seamos tan únicos y especiales, creo que nadie es único -dicen que todos somos especiales, pero esa sólo es una forma de decir que nadie lo es-, mucho menos creo que la vida sea única. Imagino que si en realidad hay algún ser superior que nos haya elegido para darnos el regalo de la vida sólo a nosotros los seres humanos, ha sido un verdadero desperdicio. No hacemos nada que no sea en beneficio de nosotros mismos. ¿De qué le servimos al planeta, al universo? De regreso al punto, estoy segura de que hay vida en algún otro lugar. ¿Que será de ellos?

Si existe el alma, entonces nuestras almas no se mezclan con las de ellos. Lo sé, estoy loca, pero es que me cuesta trabajo pensar en algún modo de pensar demasiado diferente al nuestro, más bien al mío. Y es frustrante, porque cuanto más quiero saber del exterior más termino imaginando cosas disparatadas.

Yo estoy entre pensar o no pensar que vengo de otro planeta, y no me refiero a eso de "las mujeres de Venus y los hombres de Marte", me refiero a que realmente he llegado a pensar que vengo de algún otro lugar. Sueno loca, si lo escribo en la computadora suena incluso peor... pero es la verdad. Más de una vez he tenido sueños con colores inexistentes en la tierra. ¿De dónde saqué esos colores? Ni yo misma lo sé; no sé siquiera si son colores.

Lo más cercano a describirlos sería como llamas entre plateadas y rojas, rosadas, verdozas... ¡No sé! Jamás se me había ocurrido como explicar algo que sólo yo imagino, creo que por eso empecé a escribir. Mi lista de carreras cuando era un poco más joven (o sea, hace al menos dos años) era mucho más larga y ha ido cambiando a través de los años.

En kinder quería ser veterianaria, en primero de primaria quería ser presidenta, luego quice ser astronauta, bióloga marina, quice ser cazadora de cocodrilos (estos últimos dos reacciones a ver Animal Planet sin falta todos los días llegando de la escuela desde tercero hasta quinto grado de primaria), después quice ser astrónomo y luego astrobióloga (estas últimas dos reacciones a ver History Chanel después de que mi trauma con Animal Planet disminuyera).

Y con esas ganas de ser astrobióloga me quedé hasta que me reconcilié con mi diario, que había dejado avandonado desde hacía no sé cuantos años. Descubrí que yo, al igual que en los libros que leía desde peque (porque siempre he tenido gusto por la lectura, de ficción, principalmente), podía crear mis propios mundos. Y así, en secundaria, descubría que había nacido para escribir, y si no era buena haciéndolo, al menos era lo que me gustaba y lo que amaba; más bien, lo que amo. Ahora que lo pienso, sí sé que es el amor: es lo que siento al escribir. Amo la sensación, quisiera que nunca terminara.

Ya me salí del tema de nuevo. Sí, creo que esto empieza a ser algo así como un diario. ¿Por qué? Bueno, en realidad es porque me parece más fácil -e interesante- hacerlo aquí que en OfficeWord porque mi computadora es un desorden total y puede que pierda todo aquel archivo que no sea un proyecto formal (así llamo a los proyectos de escritura que inicio con intención de volverlos libros) y también porque mi último diario me lo acabé la semana pasada y no he tenido ni el tiempo ni el dinero de comprar uno nuevo; siempre con candado.

Así que... supongo que eso es todo por hoy.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Dibagando

Hola otra vez, soy la escritora de nuevo... Como que ultimamente mi personaje me ha parecido más interesante de lo que lo había sido en mucho tiempo, creo que eso tengo que agradecérselo a alguien que me ha hecho creer que quizá valgo un poquito más de lo que pensaba que valía... Gracias.

En fin, hoy vengo sólo a decir en dónde me gustaría estar. Quizá también el por qué... Quiero decir mis problemas. Hace poco mi prima leyó mi blog y me dijo que era rara. Me preguntó que cuál era mi necesidad de publicar mis problemas... En realidad no le supe responder. Creo que más que nada es porque me gusta desahogarme y por alguna razón no me parece lo mismo si me desahogo en OfficeWord a si me desahgo aquí. Si no, como que no me parece un verdadero desahogo, quizá no me siento completa si sé que nadie jamás lo verá. Tal vez también lo haga porque alguien puede sentirse identíficado y en el fondo conservo la esperanza de que llegará el día en que alguien me diga "Sé exactamente de lo que hablas y ¿qué crees? Me siento igual que tú" y no sólo hablará esta persona de lo que digo aquí, sino también de lo que no digo.

Bueno, de vuelta al tema. El día de hoy me gustaría estar en un clima frío (el que más odio), quizá en Jalapa o en Orizaba. Quisiera que fuera un lugar tranquilo, como un pueblo pequeño, en donde los senderos no estén pavimentados y los medios de transporte sean bicicletas o burros y caballos. No sé qué me pasa, en realidad me gusta mi vida de citadina, pero me hace falta pensar, y estando aquí no consigo la paz necesaria. Ultimamente me siento vacía y falta de abrazos; no es que no pueda pedírselos a mi madre, es simplemente que no son esos brazos los que me hacen falta... En realidad, al ser sincera como que la sensación de vacío se aleja por momentos. De repente me inunda una calidéz (justo ahora, mientras escribo estas palabras), acabo de suspirar.

Ahora me siento normal y me gustaría volver a sentir esa calidez. Que raro, ya me salí del tema. Seguiré por este rumbo, me hace falta... En fin, creo que la sensación de calidéz se debe a un pensamiento que no voy a compartir porque:

1.- me avergonzaría.
2.- me avergonzaría demasiado.
3.- es confuso y en todo caso es ese tipo de pensamientos en los que despues de pensarlo dos veces dices "¡¿En qué estoy pensando?!".

En realidad, ahora que lo pienso tres veces, me doy cuenta de que es más un deseo que un pensamiento. Extraño a tres personas, entre ellas mi mejor amiga. No es que no esté conmigo fisicamente, es que casi no he hablado con ella desde la semana pasada y ella es algo así como mi droga (no soy lesbiana, es que es la única... bueno, era la única que me escuchaba. Ahora entró otra persona al club, aunque curiosamente, hoy que tengo necesidad de hablar con alguien no lo encuentro por ningún lado). Si soy sincera, creo que también extraño a esa persona que se acaba de sumar al club... ¡Ah! Pero qué cosas pienso, de verdad... Me pregunto si todo esto algún día servirá de algo. Ahora que me doy cuenta, aquí estoy escribiendo como escribo en mi diario (sí, tengo un diario, la mayoría de los escritores tienen uno, aunque no escriban ahí "diario").

La última vez que escribí en mi diario fue para informarle acerca de un "amor-desamor" en mi vida... Creo que ese tema está casi olvidado, para ser franca, aunque en el momento se sentía devastador, ahora me siento de nuevo devastada, pero no sé cuál es la razón.

Me molesta pensar en la gente en la que no quiero pensar. Hoy el día está como me siento: horrible.

Quizá en realidad sí quiero pensar en las personas, sólo que me molesta admitirlo.

Creo que lo mejor sería rentar una película, total, me queda cerca y es lo que hago cuando el día estpa así, pero también sé que terminando la película van a pasar dos cosas:

1.- volveré a pensar en las personas.
2.- dependiendo del tema de la película, pensaré en esas personas como si mi vida fuera la película (no importa si es de comedia, acción, terror, misterio, siempre encuentro la forma de encontrar una relación con mi vida [así de interesante es]).

Ago que se me acaba de ocurrir es que dicen por ahí que lo escritores están lochones... Yo creo que es verdad, pero también dicen que son muy tranquilos, crípticos y cerrados... En eso no estoy tan de acuerdo, puesto que a pesar de que sí soy una persona tranqula, críptica y cerrada, soy a la vez todo lo opuesto... aunque pensándolo bien, quizá yo soy la única rara en el grupo de nosotros los escritores...

Ahora quiero volver al lugar en donde me gustaría estar, ese pueblito en donde hay paz... Lo que me gustaría hacer ahí sería salir a caminar.

Ok, es tiempo de enfocarme en un personaje... ¡Qué loca está esta entrada! Aquí comienza una historia. Dejaré de ser yo, ahora no tiene nada que ver conmigo al mismo tiempo que lo es todo. Una chica llamada... hmm... Silvia:

Miro el estecho sendero bordeado por plantas y sigo mi camino con la vista baja. Recuerdo que una vez mencioné a una amiga que cuando miraba al cielo me sentía libre y cuando miraba hacia abajo me sentía atrapada. Sí, me siento atrapada, pero no sé por qué.

Veo a lo lejos, las nubes que se extienden en frente de mí, la neblina siempre presente en las montañas... Quisiera ser un ave. El viento sopla de repente y cala en mis huesos. Me estremesco. Veo una roca a unos diez metro, camino hasta ella y me siento. Miro el basto espacio que se extiende en frente de mis ojos. El viento se lleva consigo las nubes y puedo ver el pueblo abajo, me doy cuenta de que he caminado más de lo que me había propuesto cuando salí de casa, pero me gusta estar donde estoy. Me siento en paz. Empiezo a escuchar un ruido que parecen pasos. Es raro porque por lo general por esos rumbos nunca nadie va.

Giro mi cabeza y veo a un chico caminando en mi dirección. No lo reconozco. El pueblo es pequeño, pero como cuando salgo es para ir a la escuela o para caminar por los rumbos en los que ahora me encuentro, no conozco a casi nadie. Soy una chica callada.

Él muchacho no se percata de mi presencia, está mirando al suelo. Me recuerda un poco a mí. Cuando al fin alza la vista y me mira se detuvo en seco, con expreción sorprendida. Le sonrío apenada, ya que me había descubierto observádole y al mismo tiempo en modo de saludo. Él tambi´n sonrie y se acerca hasta donde estoy con paso lento...

-Hola -me dice.



Fin de la historia. Ya no se me ocurre nada como para terminarlo pronto, en realidad mi cabeza acaba de crear una novela completa (aún sin final), pero no me siento como para continuarla ni terminarla hoy; no sé si la continuaré ni hoy ni después.

Hasta que llegó el chico Silvia estaba muy tranquila, en paz... ¿Por qué siempre alguien tiene que llegar a sacarte de esas circunstancias? Claro, a Silvia en el momento no le molestó, pero si crea una relación con el chico las cosas dejarán de ser tan simples como lo eran cuando era una chica callada y solitaria. Ella no quiere un cambio en su vida ¡¡yo sé que no lo quiere!! ¿Cómo puedo saberlo? Pues porque yo me inventé a Silvia... Aunque en realidad no estoy tan segura de lo que quiere o no, no la conozco lo suficiente.

Sueno como loca ¿verdad? Creo que es hora de irme, ahora me siento mejor.

martes, 2 de noviembre de 2010

Hace poco...

Hola, soy yo de nuevo, pero esta vez soy yo de verdad, yo la escritora y no uno de los muchos personajes que, hasta cierto punto, también son parte de mi yo.

Hoy vengo a contar cosas que me parecen interesantes de mi vida, cosas que han pasado hace poco...

Por lo general, todo lo que escribo, o al menos la gran mayoría, son metáforas relacionadas a mi vida. La verdad, es que tengo una vida muy interesante, nada aburrida, que siempre está en movimiento y llena de sorpresas.

Resulta que hace unas dos semanas un chico me confesó que me amaba, o algo así (digo algo así porque no estoy segura de que el chico me ame en realidad; creo que ni él lo está), en fin. Esa no era la primera vez que alguien me confesaba su amor, pero sí fue una de las confesiones más interesantes que han existido a lo largo de mi vida humana. ¿Por qué? Bueno, para empezar, yo ya lo sabía y no estaba cómoda con ello, y me pareció que él no me lo diría jamás, por lo que agarré confianza, confianza de seguir siendo normal, de seguir siendo "yo". Y es que parecía un chico tan tímido, me llegó a parecer bastante frágil, una persona interesante desde que lo conocí y he de decir que pocas personas en realidad llaman mi atención... Pero bueno, el punto, es que en realidad es algo muy irónico, porque al principio yo pensé que el no estaba interesado en mí ni un ápice (con esto me refiero al hecho de que no parecía siquiera interesado en mí como persona, cómo amiga). Era totalmente distante, fui yo quien le habló al principio interesada en sus dibujos.

Y de alguna manera, siempre sé qué tipo de "yo" debo ser con las personas, pero en este caso me pareció que simplemente debía ser yo completa y no yo dividida, y así lo hice. Para ser su amiga hice lo más extraño en mi cabeza: fui la yo distraida por fuera con el pensamiento más profundo que tengo, lo cual no es ser falsa para nada, al contrario, creo que eso es lo más cerca que he estado de ser quien realmente soy.

No sé por qué lo hice, pero quería agradarle, quería descubrir sus secretos (porque yo sabía que tenía secretos), sin embargo, no sé si lo hayan notado a través de mi escritura, pero las cosas suelen salirse de mi control, y creo que en mi intento por ser agradable de la forma en la que realmente soy, se me pasó la mano y quizá terminé haciendo que creyera que yo era una chica más que agradable

Me di cuenta de que se comportaba diferente, este chico (una mujer siempre lo sabe ¿cómo? sólo lo sabe y punto), entonces ya no intenté ser agradable, al contrario, me volví algo fría y distante, aunque no sé si lo notó. Pero al poco tiempo decidí ser yo de nuevo y enfrentarme a la situación con valor pensando en algo como "Puedo ser la de siempre mientras no me diga nada".

Y ya saben que no sirvió durante mucho tiempo, porque me lo dijo... demasiado pronto, diría yo. La verdad, tengo algo como una doble mente, he platicado mucho con él y ya lo sabe, que tengo un conflicto conmigo misma, que soy dos personas en una, que estoy loca, en pocas palabras, y también sabe que si no fuera por ese hecho, yo sería una persona que no me causaría ningún interés para mí misma, así que quice saber qué fue lo que él vio en mí. ¡Gran sorpresa! No sabe. Al principio, a los pocos minutos de que me lo había dicho (no sé qué esperaba con ello), le pregunté que qué le gustaba de mí, y respondió que mi cabello (alborotado y despeinado, por cierto), mis ojos (eso sí se lo creo, mis ojos son bonitos, oscuros, pero bonitos), mi sonrisa y mi actitud(sobre estas de plano no tengo comentarios). Lo callé en segida, porque me avergonzaba; en realidad no sé de qué me avergonzaba.

Y después de ese receso, porque fue en un receso y en frente de mis amigos (lo sé, que delicadeza de su parte ¿verdad?), empecé a pensar... o más bien, a no querer pensar. No quería pensar en él, me molestaba tenerlo en mi mente y me distaría con otras cuestiones, sin embargo, me descubría a mí misma pensando en el asunto y me daba dolor de cabeza. Y cuando al fin pensé en ello descubrí que me daba miedo, no supe de qué, aún tengo que pensarlo, pero me daba miedo gustarle. Empecé a evitarlo.

Me sentía culpable, en primer lugar, porque había sido mi culpa (por más que él niegue que fue así, de hecho él no conoce la primera parte de la historia [en la que yo intento llamar su atención y convertirme en su amiga para saber sus secretos]) que él terminara fijándose en mí; si no hubiera llamado su atención desde un principio eso no habría sucedido.

Y en segundo lugar, porque sabía que al evitarlo lastiaba sus sentimientos, o eso creía yo...

La verdad no sé explicarlo a él, ya que con dificultad él mismo se explica ¡pero el asunto es que tenía que enfrentarlo y superarme en la vida!

Así que al fin, una tarde después de salir de la escuela me dije a mí misma "Si no haces lo correcto, quizá no eres quien crees ser". Y ese comentario, viniendo de mí, dolía. Así que le escribí el mensaje de texto más largo que había hecho en toda mi vida, disculpándome con él por mi actitud cobarde y por no poder corresponderle, diciéndole que estaba muy confundida de por sí desde antes de que él me dijera que me "amaba" porque estaba enamorada de mi mejor amigo (lo cual era en realidad una mentira, ya que la única situación que había estado ocupando mi pensamiento toda esa semana era la ya mencionada, aunque sí llegué a desarrolar sentimientos por esa persona que ocupaban mi mente antes de que él me dijera lo que ya conté). Y después de eso tuve valor y volví a ser la de antes, la chica que aprendí a ser con él, la "yo" más o menos real y completa.

Y descubrí que en realidad él era aún más interesante de lo que me había parecido al principio y, como siempre, me interesé más de la cuenta y ya no supe ni qué era lo que yo sentía.

Al haber dos "yo" no habïa un sólo sentir, y al no haber un sentir, no hay una respuesta. Y esa situación me llevó a separarme de nuevo, incluso con él. De nuevo volvía a ser la chica que parece bipolar. Así que de repente lo quería y de repente en realidad no me importaba en lo absoluto, de hecho sigo en esa situación.

Así que un día, siendo la que cree que lo quiere le dije que lo quería más o menos de la misma manera, la verdad no esperando nada (le sigo teniendo miedo a una relación; en parte porque me gusta mi libertad de acosar a las personas [larga historia]). Y lo que pasó es que me dijo que tenía miedo de que tuvieraos una relación de más que amigos porque sabe que eso tarde o temprano llega aun fin y no quería perderme. Que loco ¿no? Como si yo en realidad valiera tanto.

Entonces en este momento me pregunto ¿qué entonces la amistad no era suficiente desde un principio? Recuerdo que un día se lo pregunté y me resóndió algo como "externamente, sí", y no lo entendí. Quizá va siendo hora de volver a preguntar. La verdad es que ya no sé de qué tengo más preguntas, si de lo que hay en mí o de lo que hay fuera de mí, pero sigo con ganas de responderlas todas.

Así que, hace poco, al fin tomé una decisión, y esa decisión es:

Ya no tomar decisiones.

Y todo suciedió hace poco...